Hijos del Altísimo - http://www.altisimo.net -

Capacitación para el ministerio con niños

Oración y alabanza con niños

Capítulo anterior Indice Capítulo siguiente

La oración y la alabanza pueden ser partes normales de las reuniones familiares; no es necesario formar grupos aparte para la "oración con niños" o "alabanza con niños". Sin embargo, debemos estar atentos a algunas cosas cuando los niños están presentes, para que los tiempos de oración sean para ellos un tiempo agradable y emocionante, no aburrido y frío. Cuando en la oración hay que tratar asuntos específicos de la vida de los adultos, será mejor apartarse para un tiempo de "oración con adultos", para no aburrir a los niños.

A continuación veremos unas pautas bíblicas para la oración en general, y mencionaremos algunos aspectos específicos que son importantes para los niños.


¿Sabía usted que Dios también utiliza ayudas visuales? - Una ayuda visual magnífica, descrita en la Biblia, era el Templo en Jerusalén. Todo el pueblo de Israel tenía que viajar a Jerusalén, tres veces al año, para presentarse ante Dios en el Templo. Hoy ya no necesitamos viajar a Jerusalén. Pero en lo espiritual, este Templo sigue dándonos un ejemplo de cómo podemos acercarnos a Dios.

En aquel tiempo, el Templo era el único lugar en la tierra del cual Dios dijo que El habita allí (Deut.12:5). No había ningún otro lugar en la tierra donde alguien podía buscar a Dios.
Por eso no deberíamos llamar "templo" a un edificio de una iglesia. El único edificio en el mundo que merece el nombre de "Templo de Dios" es el Templo en Jerusalén (que en la actualidad no existe porque fue destruido por los romanos en el año 70 D.C.).
En el Nuevo Testamento es el pueblo de Dios, los cristianos, a los que se llama "Templo de Dios" (1 Cor.3:16-17, 1 Pedro 2:5). O sea, las personas mismas son ahora la habitación de Dios. La iglesia del Nuevo Testamento ya no tiene "templos" edificados con manos. (Hechos 7:48-50, 17:24-25)

La entrada: Alabanza
En Salmo 100:4 leemos sobre la entrada al Templo: Debemos entrar por sus puertas con ____________________ y por sus atrios con ________________.
La entrada es lo primero. Esto nos sugiere que para acercarnos a Dios, la mejor forma de empezar es con alabanza.
Para usted, ¿qué significa alabanza? _____________________________________

- La mayoría de los cristianos responden a esta pregunta con algo que hacemos por afuera; como por ejemplo: cantar, levantar las manos, aplaudir... - Todas estas actividades pueden expresar alabanza, pero no son la alabanza.
Alabar significa "expresar gratitud" o "decir algo bueno acerca de alguien". Alabar a Dios significa decirle cuan bueno es él, y darle gracias por lo que él hizo. Sin esta actitud, nuestras canciones no son alabanza.
Especialmente los niños están muy dispuestos a imitar lo que hacemos nosotros (cantar, hacer mímicas, levantar las manos, etc.) ¡Pero tienen que entender primero por qué lo hacemos!
Por eso, en cada tiempo de alabanza tenemos que explicar primero por qué alabamos a Dios (quién es él, y qué hizo). También podemos pedir a los niños que ellos nos digan algunas razones por qué quieren dar gracias a Dios.

¿Qué razón tiene usted, ahora mismo, para dar gracias a Dios?


Ejercicio en el grupo:
Que algunos participantes mencionen algo bueno que Dios hizo por ellos, y le den gracias por ello a voz alta. (Es importante no hacer peticiones a Dios en este tiempo, solo dar gracias.) Después, todos juntos pueden cantar un coro de alabanza con mímicas.
Si hay tiempo, se puede cantar un coro que normalmente no se canta con mímicas, y los participantes inventan sus propias mímicas.

Dirigir alabanza no significa "dar una presentación de alabanza" (donde los líderes alaban y los niños no hacen nada).
Dirigir alabanza tampoco significa manipular a los niños para que hagan algo que no sienten en realidad. No debemos decirles que sean alegres cuando en realidad no lo son; tampoco debemos decirles que canten lo más fuerte que pueden como si fuera una competencia. (¡No somos animadores de una fiesta mundana!)
Sí podemos enseñar a los niños diferentes formas de expresar alabanza; como cantar con mímicas, aplaudir, levantar las manos, incluso saltar de alegría. Pero lo más importante es que hagan estas cosas en la actitud correcta.
- ¿Qué hacemos con los niños que están tristes o de mala gana?
- La Biblia no obliga a nadie a cantar cuando está triste (Stgo.5:13, Prov.25:20). Algunos necesitarán un momento de oración y ministración para poder dejar sus cargas en la mano de Dios.
- Por otro lado, la alabanza es una decisión personal de cada uno. Sal.50:23 dice que es un sacrificio. Nadie tiene que fingir una alegría que no siente; pero cada uno puede encontrar alguna razón para alabar a Dios "a pesar de todo". Dios sigue siendo bueno, justo, el que me ha creado y sustenta mi vida, etc, aun cuando no me siento bien en este momento.

Al enseñar mímicas a los niños, tenemos que exagerar: tenemos que hacer los movimientos lo más grande posible, usando todo nuestro cuerpo (y cada vez en la misma forma). Solo así, los niños van a aprenderlos bien.

Al escoger coros para un tiempo de alabanza, tenemos que escoger coros que realmente expresen esta gratitud al Señor. ¡No cada coro es una alabanza!
Por ejemplo, "Jonás no hizo caso ..." puede ser un muy buen coro para una lección sobre Jonás; ¡pero no es una alabanza! Es un coro que cuenta una historia. - "Ninguna religión podrá cambiar tu ser..." es un buen coro para un evento evangelístico, un llamado para los no convertidos. ¡Pero tampoco es una alabanza!
Además, tenemos que asegurar que los niños realmente entiendan la letra de los coros que cantan.

El atrio: Limpieza y peticiones personales
Ahora entramos al atrio del Templo: un patio o espacio amplio alrededor de la casa del templo. Allí hay dos cosas importantes: una fuente de agua, donde los sacerdotes tenían que limpiarse (Exodo 30:17-21), y un altar donde ofrecían sacrificios quemados. Esto nos habla de la limpieza que necesitamos antes de entrar a la presencia de Dios.
Hebreos 12:1-2 menciona dos cosas que tenemos que dejar atrás: los pesos (cargas, preocupaciones, peticiones personales), y los pecados.

¿Por qué nosotros no tenemos que sacrificar animales? - Jesucristo es nuestro sacrificio; él murió una vez para siempre para perdonar nuestros pecados (Hebr.9:11-12). Para nosotros, el altar significa el sacrificio completo de Jesucristo. Lo que necesitamos hacer, es confesar nuestros pecados (reconocer y pedir perdón), y confiar que Jesucristo nos limpia (1 Juan 1:8-9).

Ejercicio en el grupo:
Tome unos minutos a solas con el Señor. Hable con El acerca de las preocupaciones y cargas que todavía ocupan la mente de usted. (Aquí incluimos todas las peticiones personales que podemos tener.) Confiésele también cualquier pecado que no está arreglado. Después confíe que Jesús lleva las cargas de usted y le limpia.

(Con niños, se recomienda hacer una actividad como esta de manera creativa. Se puede simbolizar el pecado de cada uno con una piedra o con un papel negro que pueden depositar en algún lugar. La limpieza se puede simbolizar con un corazón blanco de papel, o lavándose con agua. - Sin embargo, siempre debe quedar claro que no es esta acción simbólica que nos limpia, sino el perdón del Señor en respuesta a la confesión y el arrepentimiento sincero y concreto del niño.)

Hasta aquí (el atrio) podía entrar todo el pueblo. Pero al Templo propiamente dicho podían entrar solamente los sacerdotes. - Lo que hicimos hasta ahora, lo podemos hacer con todos los niños, sean convertidos o no. Todos pueden aprender a alabar a Dios; todos pueden aprender a hacer peticiones a Dios; y todos pueden aprender a pedir perdón a Dios. Pero las formas de oración que veremos ahora, son solamente para los convertidos. - En el Nuevo Testamento, los sacerdotes somos todos los cristianos (1 Pedro 2:9).

El Lugar Santo: Adoración y Escuchar a Dios
Al entrar a la casa del Templo, llegamos a un ambiente que se llama el Lugar Santo. Aquí se encuentra otro altar más pequeño, donde se quemaba incienso. El incienso era un símbolo de la adoración (Salmo 141:2, Apoc.5:8).
La adoración significa entrega; rendirse completamente al Señor. Como el incienso sube a la presencia de Dios como olor agradable y se consume enteramente, así deberíamos nosotros "consumirnos" en el servicio del Señor.

Adoración significa también reconocer la soberanía de Dios y honrarle como el que es - no importa si él nos ha bendecido en este momento o no.

Un gran ejemplo de esta adoración es Job. Cuando Job había perdido todo, ya no tenía nada por qué dar gracias. Pero en esta situación, él reconoció que Dios sabe lo que hace, y adoró: "El Señor dio, y el Señor quitó; sea el nombre del Señor bendito" (Job 1:21).

¿Qué es el Señor para usted?




Ejercicio en el grupo:
Se puede cantar un coro de adoración con mímicas. - Que algunos participantes expresen a voz alta, en sus propias palabras y en oraciones muy cortas, lo que el Señor es para ellos.

Nota: En el Nuevo Testamento, la adoración ya no se describe como un ritual externo que se llevaría a cabo en reuniones. La adoración del Nuevo Testamento es "en espíritu y verdad" (Juan 4:24, vea "La adoración en espíritu y verdad".) Esta adoración espiritual se manifiesta sobre todo en un estilo de vida dedicado completamente a Dios:
"...que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto (servicio, adoración) racional." (Romanos 12:1)

Hay dos otros objetos en el Lugar Santo: Un candelero de oro con siete lámparas de aceite, y una mesa con doce panes. Los panes simbolizan la Palabra de Dios que nos alimenta (Mateo 4:4). El candelero nos habla del Espíritu Santo que nos ilumina. (El aceite es un símbolo del Espíritu Santo.) Estos dos objetos nos hacen recordar las dos formas como Dios habla con nosotros: por medio de Su Palabra, y por la iluminación de Su Espíritu.

La oración debe ser una comunicación en ambos sentidos: nosotros hablamos y Dios escucha, pero también Dios quiere hablarnos y debemos escuchar lo que Dios quiere decirnos. (vea Juan 10:27, 15:15).

El Lugar Santísimo: Intercesión
Detrás del Lugar Santo, separado por una gran cortina o "velo", hay otro ambiente, el Lugar Santísimo. Allí se guardaba el arca del pacto con las tablas de la ley, y las figuras de los querubines que simbolizan la misma presencia de Dios. Ni siquiera los sacerdotes podían entrar a ese lugar; sino solamente el sumo sacerdote y solo una vez al año. Cuando él entraba, llevaba un vestido especial con doce piedras preciosas en su pecho y otras dos piedras en sus hombros. Estas piedras representaban las doce tribus de Israel. Así llevaba simbólicamente la carga de todo su pueblo ante Dios.

En este Lugar Santísimo, el sumo sacerdote pedía perdón por los pecados de todo el pueblo. Esto se llama intercesión, y es uno de los privilegios más grandes que tenemos hoy como cristianos: que podemos entrar a la misma presencia de Dios para interceder por otros.

Dios nos promete que él escucha todo lo que pedimos conforme a su voluntad (1 Juan 5:14-15). La condición es: "conforme a su voluntad". Por eso es tan importante escuchar al Señor antes de interceder, para saber cual es su voluntad. Entonces podemos orar con fe y confianza.

El sumo sacerdote tenía campanillas en el borde de su vestido para que sonaran todo el tiempo que él estaba ministrando (Ex.28:33-35). Las fuentes judías indican que además, en los tiempos posteriores, se le amarraba una soga en su pie cuando entraba al Lugar Santísimo, de manera que el otro extremo de la soga sobresalía por afuera del velo. ¿Por qué? - Si había algo inmundo o pecaminoso en el sumo sacerdote, él iba a morir ante la presencia de Dios. Si esto sucedía, los otros sacerdotes podían darse cuenta porque las campanillas ya no iban a sonar. Pero ¿quién iba a entrar para sacar afuera el cuerpo del sumo sacerdote? Nadie más podía entrar a la presencia de Dios. La única manera de sacarlo era jalarlo por la soga.
Tanto era la conciencia de los judíos de que la presencia de Dios es santa. No debemos tomarlo a la ligera el entrar a la presencia de Dios.

Ejercicio en el grupo:
Póngase de acuerdo acerca de un tema general para la oración (p.ej. los niños de la iglesia; o los niños no convertidos del vecindario; etc.) Los participantes se juntan en grupos pequeños.
Antes de orar, pedimos primero que Dios nos muestre cuál es Su voluntad y en qué sentido debemos orar. Tomamos unos minutos en silencio para escuchar a Dios. El puede hacernos recordar promesas suyas que se aplican a esta situación, o asuntos y personas concretas por los que debemos orar. Después, los participantes de cada grupo comparten entre ellos lo que Dios les habló.
Según la dirección que recibieron del Señor, entonces cada grupo pasa un tiempo de oración.
(Los grupos deben mantener el enfoque de oración. En el tiempo de escuchar a Dios, no es el tiempo de hacer peticiones. En el tiempo de pedir e interceder, no es necesario que cada uno empiece nuevamente dando gracias (eso ya lo hicimos al inicio), ni redundando en detalles sin significado como "Señor, nuevamente estamos reunidos en tu nombre..." - esto solo distrae del asunto por el cual estamos orando.)

Nota: ¿Cuál es el propósito de todos estos ejercicios?
No podemos enseñar nada a los niños que no practicamos nosotros mismos. No podemos enseñarles a orar si nosotros mismos no somos personas que oran. Cada día debemos tener un tiempo de comunión con el Señor; no como una "costumbre", sino un diálogo personal con él.

Honestamente, ¿cómo calificaría usted su vida de oración personal durante las últimas tres semanas? (Marque lo que corresponde.)

__ intensiva __ como de costumbre __ con poca frecuencia
__ fría __ aburrida __ no estuve orando

Lo que el niño necesita para orar:
Un ambiente de confianza. El niño necesita la seguridad de que puede confiar en las otras personas que están presentes. Si el niño tiene razón para pensar que otros niños (o adultos) se van a burlar de su manera de expresarse, no va a orar. Si el niño tiene que tener miedo de que alguien le va a criticar por las palabras que utiliza, tampoco va a orar.
Conocer a Dios como Padre, de manera personal. El niño necesita también la seguridad de que puede confiar en Dios. Un niño que piensa que Dios está muy lejos, o que Dios es un viejo renegón que solo desea castigarlo, este niño no va a orar.
Una variedad de formas y métodos. - Al igual como en la historia Bíblica, necesitamos cambiar de actividad con mucha frecuencia. En la oración, el tiempo de concentración es todavía más corto, porque el niño no puede ver a Dios con quien habla.
Cosas para ver, tocar, hacer... Para tiempos de oración con niños, también puede ser bueno preparar ayudas visuales y métodos creativos. (Enseguida veremos unos ejemplos.) - ¡En ninguna parte de la Biblia dice que es necesario cerrar los ojos para orar!

La meta de la oración con niños
La oración no es solamente "un punto del programa a cumplir". Cuando oramos juntos con los niños, nuestra meta debe ser:
Que el niño pueda expresarse libremente ante el Señor. Salmo 62:8 dice que debemos d______________ nuestro c______________ ante Dios. Esto significa, expresar ante él cómo nos sentimos, nuestras alegrías, tristezas, y necesidades. ¡La oración no debe ser nada artificial! (Por eso no sirve hacer que los niños repitan la oración de un adulto.)
Que el niño conozca la importancia de la oración y espere respuestas del Señor. Los niños deben experimentar que cuando oramos, Dios responde y las cosas cambian. Si oramos y oramos en la familia o en las reuniones, pero nunca experimentamos una respuesta de Dios, ¡entonces algo está mal en nuestras oraciones!
Que el niño tenga un tiempito de oración personal cada día. Cuando los niños aprenden a orar de verdad, entonces podemos decirles que pueden conversar con Dios cada día, no importa donde estén: en su casa, en la escuela, en el camino, etc.

¡Nunca...!
Nunca orar mucho tiempo o en un lenguaje difícil. Nuestra oración debe ser corta y sencilla. Como regla, cuando oramos juntos con niños, una oración no debe durar más que un minuto.
Muchos cristianos se han acostumbrado a orar en un lenguaje religioso y artificial que ni ellos mismos entienden: "Señor Jesús, cúbrenos con tu preciosa sangre..." - ¿Qué se va a imaginar un niño cuando oramos así? ¿Caerán gotas de sangre del cielo? ¿O vendrá Jesús con una frazada llena de sangre para cubrirnos?
Anote aquí algunas de las frases religiosas que usted se ha acostumbrado decir al orar:




Ahora anote lo que realmente quiere decir cuando usa estas palabras:




Nunca obligar a un niño que ore. La oración debe ser una experiencia agradable para los niños; algo que nazca en su propio corazón. Si obligamos a orar a un niño que no quiere, la oración se vuelve algo forzado y desagradable, y el niño tendrá aun menos ganas de orar. Podemos animar e incentivar a niños tímidos; pero si un niño dice que no, no debemos obligarlo.
Nunca seguir con la oración cuando los niños están distraídos o hacen bulla. En esta situación es mejor decir "Amén" y terminar la oración. Más tarde podemos volver a explicar a los niños que en la oración queremos todos conversar con Dios, y que oren en su corazón los que no oran a voz alta. Así podemos nuevamente empezar con la oración en un momento tranquilo.

Ideas prácticas para la oración con niños

Alabanza: Coros con mímicas; aplauso para Dios; dibujar banderas con mensajes de alabanza; anotar razones para dar gracias en un papel grande o pizarra; "entregar flores a Dios"; hacer un dibujo para Dios; ...
Confesión de pecados: depositar una piedra al pie de una cruz; traer un lavador para lavarse las manos; anotar su pecado o carga en un papelito y quemarlo; ...
Peticiones personales: anotar en una avioneta de papel o una flecha y "dispararla al cielo"; ...
Escuchar a Dios: ¿qué cosas escuchas con tus oídos? - vendar los ojos de unos niños y después llamarlos con sus nombres; etc. después escuchar con los "oídos espirituales".
Adorar: Adorar en diferentes posiciones (parado, arrodillado, postrado, etc.); coros de adoración con mímicas; sugerir oraciones de muy pocas palabras: "Dios, tú eres..." (p.ej. "el Rey", "el Creador", "todopoderoso", "mi mejor amigo", etc.)...
Interceder: Dar informaciones concretas sobre el asunto.
Intercesión por un país o lugar lejano: mostrar fotos o dibujos, mapas. Contar un poco acerca de la vida de las personas en aquel lugar. - Formar grupos de 3 a 5 niños, para que cada uno escuche la oración de sus compañeros y tenga la oportunidad de orar.

Prepare un tiempo de alabanza y de oración creativa para los niños. Anote sus ideas en la misma forma como anotamos la historia Bíblica: Una columna para lo que usted dice y hace (qué coros cantar, qué explicaciones dar, qué actividades realizar), y otra columna para los materiales que necesitará:

Actividad / Método
______________________________________________
______________________________________________
______________________________________________
______________________________________________
Materiales
______________________
______________________
______________________
______________________
Capítulo anterior Indice Capítulo siguiente

Hijos del Altísimo - http://www.altisimo.net -