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Introducción a la cosmovisión Bíblica-cristiana

Traducido según apuntes de exposiciones dadas por el Dr. Glenn Martin, 1986.

I. ¿Qué es una cosmovisión?

Romanos 12:1-2: Las ideas tienen consecuencias. Nosotros actuamos de la manera como pensamos.

No solo debemos saber lo que creemos; también debemos saber por qué lo creemos; y debemos saber lo que no creemos y por qué no lo creemos.

O sabemos esto; o seremos influenciados y dirigidos por aquellos que sí lo saben. Cada persona o es dirigida o es dirigente. ¡Como cristianos, debemos ser los dirigentes!

La vida en un tiempo determinado en un lugar determinado es siempre influenciada por un número relativamente pequeño de personas, porque solo un número muy limitado de personas saben lo que creen y por qué, y lo que no creen y por qué no. Un número pequeño de "líderes bíblicos-cristianos" podrían cambiar el mundo.

El liderazgo no es lo mismo como ocupar una posición de poder. Las personas que consideramos como "líderes", en realidad solo ponen en práctica lo que aprendieron de los líderes verdaderos.

¿Por qué tantos cristianos no tienen influencia? - Es que saben las respuestas, pero no conocen las preguntas cuyas respuestas este mundo pos-cristiano busca desesperadamente.

No solo debemos conocer las respuestas, sino también vivirlas con toda nuestra existencia. Debemos combinar nuestro conocimiento intelectual con nuestra consagración. El conocimiento sin consagración nos lleva a una escolástica rígida; la consagración sin conocimiento nos lleva a un misticismo sin fuerza.


Las partes de una cosmovisión

- ¿Cuál es la naturaleza, el origen y el destino del cosmos? (la pregunta cosmológica)

- ¿Cuál es la naturaleza, el origen y el destino del hombre? (la pregunta antropológica)

Por ejemplo: ¿Es el hombre fundamentalmente bueno o malo? ¿libre o cautivo? ¿racional o intuitivo? etc.

Antes de responder a estas preguntas, debemos hacer las cuatro preguntas filosóficas fundamentales. Estas son preguntas a las cuales cada persona busca una respuesta, sea de manera consciente o inconsciente. De las respuestas a estas preguntas depende toda nuestra forma de pensar.

1. La pregunta ontológica (pregunta por la existencia, el origen): ¿De dónde existimos?

Todas las respuestas posibles encajan en una de las siguientes categorías:

a) Ontología sobrenatural: un poder sobrenatural creó todo.

(por ejemplo una ontología bíblica-sobrenatural: el Dios de la Biblia creó todo).

b) Ontología natural: Todo existe por medio de fuerzas naturales.

Los intelectuales modernos se encuentran en un dilema ontológico: Se "abolió" lo sobrenatural, y por tanto uno es obligado a suponer un origen natural del cosmos. Pero la ciencia no fue capaz de solucionar la pregunta ontológica de manera satisfactoria. En consecuencia, o consideramos que la pregunta no tiene respuesta y es absurda (lo que lleva a la desesperación), o pasamos por alto la pregunta e intentamos hacer lo mejor de nuestra vida, aun sin conocer la respuesta. Pero ¿cómo sabemos qué es lo mejor? Para saber esto, tendríamos que saber primero qué posibilidades existen, o sea, quienes somos en realidad; pero exactamente esta es la pregunta que nos hemos negado a responderla.

Afuera de la Biblia no hay ninguna respuesta (ni siquiera a la pregunta: ¿Cuál es la naturaleza de la energía?, la ciencia hace declaraciones contradictorias en cuanto a esta pregunta).

2. La pregunta epistemológica (la pregunta por el conocimiento): ¿De dónde sabemos?

a) Epistemología de revelación (un poder superior se comunica con nosotros)

(por ejemplo una epistemología de revelación Bíblica: La fuente de nuestro conocimiento es la revelación de Dios en la Biblia, y Su encarnación en Jesucristo.)

b) Epistemología racionalista

c) Epistemología intuitiva.

La epistemología de revelación presupone la racionalidad del hombre, porque esta es una condición indispensable para que haya comunicación. La epistemología racional presupone el racionalismo del hombre, o sea, su razón es absoluta. La epistemología intuitiva presupone que el hombre mismo es Dios (panteísmo).

Los intelectuales modernos se encuentran en un dilema epistemológico: Al rechazar lo sobrenatural, aceptaron el racionalismo. Pero la razón llegó finalmente a la conclusión de que el único conocimiento seguro es el hecho de que no podemos saber nada con seguridad. (Una expresión dramática de este hecho eran las revoluciones estudiantiles de la década de los 60: Puesto que las instituciones de educación superior no eran capaces de resolver las preguntas, los estudiantes se vengaron de sus "torturadores intelectuales". Es significativo que los estudiantes no destruyeron gimnasios o edificios parecidos; solo los edificios académicos eran afectados.) Esta tautología lleva a la desesperación; es necesario tener una respuesta a la pregunta epistemológica.

3. La pregunta axiológica (la pregunta por los valores): ¿Cuál es el valor supremo?

a) Axiología teísta (un poder superior es el valor supremo)
(por ejemplo: una axiología Bíblica-teísta)

b) Axiología humanista (el hombre es el valor supremo)

c) Axiología materialista (la materia es el valor supremo).

Los intelectuales modernos se encuentran en un dilema axiológico: Cuando se rechaza al Dios de la Biblia, entonces tampoco hay una razón por qué el hombre debería tener algún valor. Por tanto, se abandonó poco a poco la axiología humanista en favor de una axiología materialista. Pero en realidad nadie quiere reconocer esto. Por tanto, se llegó finalmente a la conclusión de que nada tiene valor. Esto lleva a lo absurdo y a la desesperación. ¡También la pregunta axiológica exige una respuesta, si no queremos desesperarnos!

4. La pregunta teleológica (la pregunta del destino): ¿Adónde vamos?

a) Teleología del Reino de Dios (Dios es todopoderoso; es Él quien determina la dirección del tiempo etc.)

b) Teleología del reino de este mundo.

La pregunta por el destino presupone que el tiempo tiene una dirección determinada. Los intelectuales modernos se encuentran en un dilema teleológico: No se pudo encontrar ninguna fuerza natural que determine la dirección del tiempo. Por tanto se asume que la historia no tiene sentido ("no vamos a ningún lugar"). Pero no podemos dejar este "ningún lugar" sin ser definido: el hombre necesita tener una respuesta.

Después de estas preguntas filosóficas fundamentales podemos hacer las otras preguntas acerca de Dios, el hombre y el cosmos; y las respuestas que damos determinarán nuestra vida entera.


Nota adicional: (N.d.Tr.)

Nuestras respuestas a las cuatro preguntas fundamentales tienen consecuencias más amplias de lo que nos podemos imaginar. Señalaré aquí solamente algunas de las consecuencias que surgen cuando admitimos la respuesta cristiana a la pregunta epistemológica (¿De dónde sabemos?):

- Si admitimos que la Verdad se conoce solamente por revelación de Dios, entonces debemos cumplir los requisitos para recibir esta revelación. Algunos de estos requisitos que menciona la Biblia son:

Creer. Hebr.11:6: "... porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." (Vea también Hebr.11:1-3.) Cuando se trata de la revelación de Dios, no necesitamos primero "ver para creer", sino primero creer, y después veremos.

Obedecer. Juan 7:17: "El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta." Aquí también: no necesitamos primero "entender para obedecer", sino primero obedecer, y después entenderemos.

El temor de Dios. Prov.1:7: "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová." (Vea también Prov.3:5-7, 15:33, Sal.111:10). Temer a Dios implica entregarnos a El con todo nuestro ser; no solamente con nuestra "parte religiosa", sino también con nuestra manera de pensar y argumentar.

- Si admitimos que nuestro conocimiento humano es relativo y limitado, y solamente la Verdad de Dios es absoluta, entonces tenemos que admitir también que la Verdad de Dios se aplica a todas las áreas de la vida y del conocimiento científico. Algunos autores, incluso evangélicos, dicen que existen "dos verdades": una "verdad religiosa" o "teológica" que encontramos en la Biblia, y una "verdad científica" en la cual la Biblia no tiene nada que decir. Por ejemplo, un representante de las Sociedades Bíblicas respondió a una pregunta respecto a la teoría de la evolución: "La Biblia no es un libro científico. La Biblia nos da la verdad religiosa de que Dios creó el mundo, pero la ciencia nos da la verdad científica de cómo lo hizo." (Esto significa decir que Dios tal vez sabe algo de teología, pero nada de ciencias.) Pero si Dios es absoluto, entonces Su Verdad incluye también el área de las ciencias. La Biblia contiene no solamente "la verdad religiosa", sino también la verdad científica.

- Es claro que la Biblia no nos da respuestas directas a cada pregunta, sobre todo en el campo de las ciencias. Pero ella nos muestra como podemos completar nuestro conocimiento:

a) Podemos sacar conclusiones de lo que está escrito en la Biblia y aplicarlo a nuestros tiempos, así como los apóstoles aplicaron mandamientos y profecías del AT a la situación actual.

b) El Espíritu Santo nos puede dar conocimiento (Juan 16:13).

c) Podemos pedir sabiduría de Dios (Stgo.1:5-7) y renovar nuestro entendimiento (Rom.12:1-2). Cuando empezamos a desechar nuestras premisas antiguas que contradicen la Palabra de Dios, y empezamos a edificar nuestro pensamiento sobre la Verdad que Dios nos revela, entonces podemos llegar a conclusiones correctas también en asuntos que no están mencionados directamente en la Biblia.

- La Palabra de Dios nos exhorta a "llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Cor.10:5). Debemos examinar constantemente nuestros propios pensamientos, si están conformes a la Palabra de Dios. De la misma forma tenemos que examinar también los pensamientos y opiniones de otras personas. Las teorías científicas son una de las formas como el enemigo edifica "fortalezas" y "altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios". ¡No podemos aceptar cualquier teoría como "verdad", solamente porque lo dice un científico!

La pregunta epistemológica es la primera pregunta que debemos clarificar, si queremos tener una cosmovisión cristiana. Algunos estudiantes tendrán problemas con los conceptos expuestos en este curso, simplemente porque no han hecho una decisión clara acerca de la fuente del conocimiento: confían más en los conocimientos de hombres, o en su propio razonamiento, que en la revelación de Dios.


Las presuposiciones de una cosmovisión Bíblica-cristiana

Tenemos que ocuparnos de las preguntas de todas las áreas de la sociedad, porque debemos ser un sacrificio vivo para Cristo (Rom.12:1-2). Debemos aprender cómo "pensar los pensamientos de Dios detrás de Él", para convertirnos en una fuerza reformadora y para cumplir la voluntad de Dios en todas las áreas de la vida.

Cuando asumimos un posición bíblica en cuanto a las cuatro preguntas fundamentales, entonces nuestra sugerencia para la sociedad será que todo sea orientado según Dios como norma absoluta, en todas las áreas de la vida, no solo en la iglesia. Por el otro lado, donde se asume una ontología natural, una epistemología racionalista, una axiología humanista y una teleología del reino de este mundo, allí el hombre se orientará según el hombre, y esto en todas las áreas de la sociedad, entonces también en la iglesia.

Las presuposiciones de una cosmovisión Bíblica-cristiana son estas:

1. El Reino de Dios es espiritual.

Dios es siempre el punto de partida. El gobierna eternamente (vea Gén.1:1, Juan 1:1). Él era, es ahora, y será para siempre.

La soberanía de Dios se aplica a todas las áreas de la vida; no se la puede limitar en términos de tiempo o espacio. Por tanto, el Reino de Dios no es idéntico con ninguna institución, ni siquiera con la Iglesia. Cada área de la vida debe ser un lugar del servicio a Dios.

2. El hombre redimido es un sacerdote, rey y profeta bajo el Dios Soberano.

El sacerdocio general: Cada persona tiene acceso directo a Dios por medio de Cristo. Él es el único Sumo sacerdote, y su obra es cumplida.

El reinado: Dios colocó al hombre sobre la creación. Entonces, nosotros debemos escudriñar y utilizar la creación de una manera que agrada a Dios. Por eso, no debemos rechazar la ciencia, pero tampoco adorarla.

Profetas somos, aunque no tengamos el don especial de la profecía. Es una realidad Bíblica que Dios "hace saber" al hombre; sobre todo a base de Su Palabra escrita.

¡Podemos celebrar a un Dios poderoso! El es el Creador, el Revelador, el Salvador, el Guía, el Rey que viene; y esto en todas las áreas de la vida. Dios no quiere que los sucesos nos sorprendan, sino que sepamos lo que sucedió, lo que sucede y lo que sucederá, y por qué sucede. No lo podemos saber de manera perfecta, pero de manera verdadera. La Biblia debe ser la única fuente de nuestro conocimiento. En este punto, los no creyentes tienen su problema más grande: el hombre no quiere inclinarse epistemológicamente. Pero también como cristianos, debemos siempre reconocer que no sabemos nada por nosotros mismos.

Nosotros vemos tan poco sentido en la historia porque seguimos una interpretación naturalista de la historia, que no puede saber nada y que considera el presente como "normal". Los cristianos desean primero conocer el pre-tiempo (cuando Dios creó todo de la nada), antes de comprender la historia. Desde de la caída, las condiciones del mundo son muy diferentes y en realidad anormales. Lo que es ahora, no era siempre y no será siempre. Dios "concluirá"el tiempo para levantar Su Reino. No la historia nos da esperanza, sino el Reino de Dios.

Una cosmovisión Bíblica-cristiana es la cosmovisión suprema y en realidad la única posible: Cuando ponemos como absoluto alguna cosa aparte de Dios, entonces destruimos esta misma cosa, porque nadie y nada puede llevar el peso de lo absoluto. En cambio, cada persona que se somete a Dios, tiene acceso a Dios por medio de Cristo. Tampoco debe colocarse alguna institución entre el hombre y Dios, porque esto significaría ponerse en el lugar de Cristo.

3. El orden del pacto de Dios

Dios nos dio un orden del pacto con preceptos para todas las áreas de la vida. La Biblia describe cómo Dios busca al hombre caído y le presenta Sus preceptos u "ofertas"; por ejemplo: "Busca primero el Reino de Dios", "Todo lo puedo por Cristo", "Yo te guiaré", etc. Dios quiere hacer un pacto con nosotros, o sea, una "oferta" que inicialmente es unilateral por parte de Dios. (Esto es algo que olvidamos a menudo, porque pensamos a manera humana que un pacto es un contrato entre dos partes iguales, a un nivel "horizontal"; pero Dios está muy por encima del hombre.)

¿Cuál es la diferencia entre el cristianismo y todas las otras religiones? - El Dios de la Biblia vive, los otros dioses son muertos. - También podemos decir que es la diferencia entre objetivo y subjetivo: La religión empieza con el hombre que se extiende hacia Dios. Existen religiones teológicas (donde un dios del "más allá" es lo absoluto), y religiones antropológicas (donde el hombre es lo absoluto). Pero cuando el hombre empieza consigo mismo, también terminará con el hombre, porque el hombre finito no puede por sí mismo llegar al Dios Infinito. - En cambio, el cristianismo empieza con Dios, con lo objetivo: con Dios quien se extiende hacia el hombre. Esta es la diferencia entre toda religión (aunque se llame "cristiana"), y el cristianismo verdadero.

Aun el orden del pacto de Dios no se debe poner como absoluto. Este orden es un medio para que el hombre pueda caminar en los caminos de Dios. El pacto de Dios es un pacto personal, un pacto de la Salvación por gracia, y la posibilidad de acercarnos a Dios. (A menudo estamos demasiado ocupados con buscar la voluntad de Dios, mientras Él desea que conozcamos en primer lugar a Él mismo como persona. Entonces se nos aclarará Su voluntad también.)

Dios hace, por ejemplo, un pacto eclesiástico (el reconocimiento de que cada miembro del Cuerpo de Cristo puede conocer a Dios y aplicar Sus caminos en la iglesia), un pacto social (que el hombre puede aplicar los caminos de Dios en sus relaciones con otras personas), un pacto matrimonial, un pacto familiar, el pacto de una vocación, etc.

Que el hombre es caído, no significa que el hombre fuera insignificante o sin responsabilidad o predeterminado; pero que no puede liberarse por sí mismo del dilema en el cual nació. Para esto, el hombre depende de la obra de Dios.

Como ciudadanos regenerados del Reino de Dios podemos ser una fuerza renovadora en este mundo, "sal y luz" (ambas son necesarias para vivir). Dios coloca nuestra época sobre el fundamento de personas redimidas; Su Reino ya está gobernando en los corazones de los creyentes. En contraste con el mundo que se ocupa con más y más intensidad de su futuro y de una salvación futura, nosotros podemos apoyarnos en una victoria ya ganada; solo esperamos la "entronización oficial" de nuestro Rey.



II. Cosmovisión Bíblica-cristiana en la sociedad

Tenemos una ontología Bíblica-sobrenatural, una epistemología de revelación Bíblica (nuestra fuente de conocimiento es la revelación de Dios en la Biblia y Su encarnación en Jesucristo), una axiología teísta (Dios es el valor supremo; pero según la Palabra de Dios, también el hombre tiene mucho valor como imagen de Dios), y una teleología del Reino de Dios (Dios está en control sobre todo). Según esta base tenemos que ordenar todas las áreas de la vida.

La educación (Adquisición de informaciones; medios de comunicación; escuelas):

Es bíblicamente fundamentado que aprendamos a leer, escribir y calcular.

La meta de una educación Bíblica-cristiana es:

  • conocer a Dios (y aplicar Sus caminos a todas las áreas de la vida)
  • conocer todas las otras cosmovisiones de una manera justa (porque no podemos estar conscientes de nada en un vacío: no podemos saber lo que creemos, sin saber a la vez lo que no creemos)
  • re-interpretar todo conocimiento, a base de las presuposiciones, principios y cosmovisión bíblicas. Esto es de especial importancia en nuestro mundo pos-cristiano. Tenemos que re-interpretar casi con tanta frecuencia como respiramos, sino seremos dirigidos por personas que tienen una cosmovisión enemiga.

¡Una ciencia bíblica exige mucho! Tenemos que dominar sus fundamentos y métodos; pero igualmente tenemos que dominar el conocimiento de Dios y de Su manera de pensar.

(Vea también: "Cosmovisión cristiana y educación escolar")

La iglesia:

La iglesia tiene que dirigir a todas las personas hacia Dios.

La iglesia tiene que unir a los redimidos en Cristo, como el Cuerpo de Cristo.

(Vea también: "El calvinismo y la religión")

El derecho:

Cuando preguntamos: ¿Qué es la ley? - ¿Qué es la justicia? - etc, la respuesta cristiana será siempre: "Dios es la ley, la verdad, la justicia", etc. Por tanto sabemos que "en Él vivimos, y somos". Toda ley tiene que ser fundamentada sobre la Biblia, o sea, sobre principios bíblicos.

El área civil-social (el conjunto de todas las relaciones humanas):

El gobierno civil es un don de Dios para la dirección de un mundo caído. Dios está sobre todo; no existe ninguna "esfera secular". Todo es sagrado, en el sentido de "incluido en la esfera de Dios"; porque Dios gobierna sobre todo. Si aceptamos una separación entre "sagrado" y "secular", entonces ya hemos perdido la lucha antes que empiece. No es un asunto de relevancia, sino de reverencia: de la relación correcta de cada uno con Dios. O soy reverente en todas las áreas de mi vida, o en ninguna; o estoy en una buena relación con Dios y esto se manifiesta en todas las áreas de mi vida, o mi relación con Dios no es buena.

Una separación entre iglesia y estado es necesaria, pero no en el sentido de "sagrado" y "secular", sino porque Dios creó estas dos instituciones para fines diferentes.

Cuando no se considera a Dios como soberano, la consecuencia será o la dictadura o la anarquía. En el lugar de Dios se pone aquello que el hombre cree haber creado primero: el gobierno. Entonces se considera que el Estado es soberano, entonces el Estado se eleva al nivel de Dios. Ya no se considera al estado como instituido por Dios para garantizar Sus leyes y ordenanzas, sino como una institución del hombre para su propio bienestar y su propia salvación.

Entonces, cuando hay problemas en el estado, se intenta darle aun más poder para solucionar estos problemas, y esto lleva a la dictadura. O aquellos que no tienen el poder consideran que todo gobierno es malo, y desean la anarquía. Esto es en realidad blasfemia: puesto que Dios instituyó el gobierno, al rechazarlo estaríamos diciendo que Dios no sabe lo que hace.

Es bíblico honrar el gobierno como un don de Dios.

(Vea también: "El calvinismo y la política")

Las artes

El arte tiene que ver con la belleza. Dios es también belleza; ¡entonces los cristianos tienen mucho para escribir, pintar, cantar, etc.! Podemos tomar a Dios mismo como motivo artístico; pero también Su creación, y al hombre, que aunque caído, sigue siendo hermoso.
(Vea también:
"El calvinismo y las artes")

La economía

Abogamos en favor de la propiedad privada y la economía del mercado, pero con algunas limitaciones bíblicas importantes:

La propiedad privada se presupone por ejemplo en el mandamiento: "No hurtarás". Pero mi propiedad no me pertenece absolutamente. Cada uno es un administrador para Dios y es responsable ante Él por todo: el tiempo, los dones, la propiedad, etc.

La economía del mercado tiene que ser unida con justicia en cuanto a los precios y salarios. El mercado, aunque es un mecanismo creado por Dios para mantener la justicia en cuanto a precios y salarios, no debe ser tomado como absoluto.

¿Qué es un precio justo? - Un precio justo es un precio que el vendedor puede cobrar con conciencia limpia ante Dios, y que el comprador puede pagar con conciencia limpia ante Dios. Entonces, el vendedor no debe siempre cobrar el máximo, y el comprador no debe ofrecer siempre el mínimo, de lo que soporta el mercado. Los negocios en sí no son injusticia, pero deben llevarse a cabo de manera justa. Esto se aplica a ambas partes: El comprador que conscientemente y sin informar al vendedor, paga un precio del cual sabe que es demasiado barato, es igualmente un ladrón ante Dios, como el vendedor que exige un precio demasiado elevado.

El trabajo

se realiza para Dios y bajo Dios, y puede considerarse una forma de adoración. En el idioma inglés, la palabra "work" (trabajo) tiene la misma raíz como "worship" (adoracion).

A base de las "ofertas" bíblicas para nuestra vida, es inimaginable que un cristiano viva en pobreza permanente. Si considero el trabajo como adoración y busco en el trabajo primero el Reino de Dios, entonces también tendré éxito y habrá una demanda de mi trabajo. Entonces me consideraré también llamado por Dios para realizar mi trabajo específico.

La filosofía contemporánea nos dice que el trabajo es solo un medio para aprovecharnos de las leyes naturales, y que su éxito es la expresión del éxito personal. La consecuencia es una adicción al trabajo. Por causa del relativismo, el trabajo ya no tiene ningún sentido en relación con lo absoluto. Por tanto, uno intenta solamente ganar el máximo con un mínimo de esfuerzo. ¡Así no puede sobrevivir ninguna sociedad!

Los problemas económicos actuales son en el fondo problemas políticos; y los problemas políticos son en el fondo problemas intelectuales y teológicos. Tenemos la economía equivocada porque tenemos la teología equivocada.

¿Qué es de los desocupados? - Tenemos que discernir entre aquellos que no quieren trabajar, y los que no pueden trabajar. Para aquellos que no quieren trabajar, un castigo es apropiado, como en los tiempos de los puritanos. La negación de trabajar es en realidad la negación de adorar, y por tanto blasfemia.

Para aquellos que no pueden trabajar, somos responsables. Hasta donde sea posible, tenemos que impartirles habilidades que les permiten trabajar; pero aquí es también el lugar de la caridad cristiana (ofrendas).

Hoy en día, en lugar de la caridad cristiana se cobran impuestos. Pero en realidad, los impuestos deberían servir para el mantenimiento del gobierno y del Estado, no para la redistribución de las riquezas. ¡El "Estado de asistencia social" es diabólico! Lo que sucede es que se pone en el centro a aquel que recibe la ayuda; y éste considera que el Estado es su sustento - en lugar de Dios.

La asistencia social bíblica consiste en que el amor de Dios fluye a través de las personas. La persona que recibe ayuda, no debe ser hecha dependiente de instituciones o de algunas personas generosas, sino debe depender de Dios como fuente de su sustento. El hombre que es egoísta por naturaleza, debe ser movido por el amor de Dios (y no por la obligación del Estado) para dar generosamente.

En el estado, la comunidad de todos los ciudadanos, el sistema de asistencia social se pervierte mucho más rápidamente que en la iglesia, la comunidad de los creyentes.


Un pequeño número de personas con los dirigentes fundamentales de los hombres: aquellos que saben lo que creen y por qué lo creen, y saben lo que no creen y por qué no lo creen. Un número pequeño de líderes bíblicos-cristianos podrían causar una Reforma grande. Y esto será necesario, si el Señor no regresa antes.

En esto, solo Dios debe dirigirnos. Como ciudadanos del Reino de Dios, con una mente renovada, podemos convertirnos en una fuerza reformadora, con la Biblia como punto de referencia.


Algunos aportes al tema del TRABAJO: (N.d.Tr.)

El trabajo no es una maldición.
El trabajo NO es consecuencia de la caída (como lo enseñan erróneamente algunos predicadores). Adán y Eva trabajaban en el huerto de Edén antes de la caída (Gén.2:15). Lo que sí es consecuencia de la caída, es la fatiga, los problemas y obstáculos que ahora se asocian con el trabajo.
Incluso podemos decir que el primer trabajador fue Dios, cuando creó el universo. El cuarto mandamiento nos presenta este trabajo de Dios como un ejemplo para nuestro propio trabajo (Ex.20:11).

El trabajo es un llamado de Dios.
Podría ser de mucha ayuda regresar a algunos conceptos que se desarrollaron en el tiempo de la Reforma, y que fueron olvidados durante la historia de las iglesias reformadas y evangélicas. Estos conceptos se centran en el trabajo como el medio por el cual el hombre realiza su LLAMADO que recibió de Dios.

En 1 Cor.7:20 ("Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede"), Lutero tradujo según el original griego "estado" con "VOCACIÓN", lo que es sinónimo de "llamado", según la raíz de la palabra. - Este versículo se encuentra en el contexto del llamado de Dios para ser esclavo o libre. Lutero puso con su traducción la base para un nuevo concepto (o mejor dicho, regresó al concepto bíblico) de "vocación" y trabajo. Cada trabajo, incluso el trabajo de un esclavo, es un llamado de Dios. Muchos historiadores, tanto cristianos como no cristianos, atribuyen a este concepto del trabajo el desarrollo técnico, científico y económico que Europa experimentó en los siglos después de la Reforma.

Dos citas que subrayan este concepto:

"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. ... Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís." (Col.3:17, 23-24 - los últimos dos versículos nuevamente en el contexto del trabajo de un siervo o esclavo.)

"Entonces cada uno tiene su vocación en la cual sirve a Dios, si la ejerce con diligencia. Un gobierno que preside y gobierna bien, sirve a Dios. Un ama de casa que cuida a sus hijos; un padre que se alimenta de su trabajo; un estudiante que estudia con diligencia, sirve a Dios. ... Antonio escapa y se sienta en el desierto, Jerónimo hace peregrinajes a la Tierra Santa y exhorta a la castidad, y esto es lo que el mundo estima como cosas grandes y admirables. Pero que Sara está en el hogar, cocina y atiende a los invitados, esto no solamente no se percibe como una buena obra, sino al contrario, es visto como un impedimento de otras buenas obras. Pero el que está atento a la Palabra, encontrará que Sara hizo con ello una obra mucho más santa que todas las obras de los monjes y ermitaños."
(Martín Lutero, comentando Gén.17:9 y 18:15-16)

El trabajo es adoración.
Glenn Martin señala que en el idioma inglés, la palabra "work" ("trabajo") tiene la misma raíz como la palabra "worship" ("adoración"). En el idioma hebreo existe la misma conexión: la palabra para "servir"(trabajar) y "rendir culto" es una sola ("abad"). En Ex.20:5 ("ni las honrarás", o sea, las imágenes) se encuentra la misma palabra como en Ex.20:9 ("seis días trabajarás"). Bíblicamente, el trabajo es un servicio ("culto") para Dios.

Algunas consecuencias prácticas:

  • Necesitamos redefinir nuestros conceptos de "llamado" y "culto a Dios". Mientras un cristiano piensa que solamente con asistir a la iglesia y otras actividades religiosas puede servir a Dios, y que solamente el pastor tiene un "llamado" de Dios, no podrá ver su trabajo "secular" bajo la perspectiva de Dios. (Se encuentra en la posición de Antonio y Jerónimo mencionados por Lutero.) - Se podría impulsar la formación de grupos de cristianos que trabajan en la misma especialidad (p.ej. salud, negocios, educación, ciencia, etc.), para estudiar y desarrollar juntos una perspectiva bíblica de su profesión resp. ocupación, y una forma como pueden servir a Dios por medio de su trabajo. Incluso podrían empezar a desarrollar empresas e instituciones que funcionen bajo principios cristianos.
  • Igual importancia tiene la oración (individual y unida) por el trabajo y las condiciones de trabajo.
  • Es Dios quien hace prosperar el trabajo que fue encomendado a El (Sal.127:1-2), y es también Dios que "promueve" a un trabajador honesto a pesar de las injusticias que se cometen contra él (vea la historia de José).
  • La persona que hace todo "de corazón, como para el Señor", será también un trabajador honesto y rendirá un trabajo de calidad. (¿Cómo tiene que ser mi trabajo para que sea agradable al Señor?) Esto, a su vez, contribuirá al desarrollo económico. Las mayores pérdidas en la economía nacional se deben a razones éticas: Irresponsabilidad, falta de honestidad, desperdicio, delincuencia, alcoholismo, etc.
  • Los adolescentes (en edad de escuela secundaria) tendrán que ser instruidos sobre el tema del llamado o vocación, porque este influencia en la elección de su carrera u ocupación. Probablemente son muchos jóvenes que eligen su carrera según criterios como prestigio, sueldos prospectivos, expectativas de su familia, una oportunidad que se les presta por casualidad (p.ej. una beca), etc. Después se quedan en un trabajo para el cual no son realmente aptos. Podríamos instruirlos a buscar la voluntad de Dios (su llamado) acerca de su futuro trabajo, y a descubrir y tomar en cuenta sus verdaderas habilidades como talentos que Dios les dio para poder cumplir su llamado. (¡No todos necesitan ingresar a la universidad!)

III. Interpretación de la historia

Solo Dios es objetivo y absoluto; todo lo demás es subjetivo y relativo. Nuestro punto de referencia, al interpretar la historia, es la revelación de Dios en la Biblia. La historia es Su historia. (inglés: "History is His story").

La interpretación naturalista de la historia

A diferencia del animal, el hombre tiene la capacidad de recordarse. El hombre no puede pensar o actuar sin apoyarse en sus recuerdos. Lo mismo se aplica a una sociedad entera, una familia, un estado. La pregunta es: ¿Cómo interpretamos nuestros recuerdos?

El mundo tiene una interpretación naturalista de la historia. En esta interpretación, ciertas épocas se consideran "buenas" y otras "malas":

La antigüedad se considera "buena" porque el hombre se esforzó mucho para liberarse de la fe en lo sobrenatural. Pero en el momento más "desafortunado", cuando el hombre casi se había "liberado", surgió un nuevo movimiento sobrenatural: el inicio del cristianismo.

La Edad Media se considera "mala", porque no se alcanzó ningún progreso material, solo un progreso espiritual; porque el cristianismo triunfó y la "luz de la civilización" se apagó.

La ilustración se considera "buena" porque el aprendizaje renació y porque la "luz de la civilización" volvió a aparecer.

La época moderna se considera "la mejor de todas las épocas", porque el hombre se está nuevamente liberando de la fe en lo sobrenatural, y quiere edificar una sociedad perfecta.

¡Todos los campos de estudios están influenciados por esta interpretación de la historia!


Posibilidades de una interpretación, resp. re-interpretación Bíblica

1. Podemos dividir la historia en tres épocas:

  • la época pre-cristiana
  • la época cristiana (después de que Cristo penetró la historia)
  • la época pos-cristiana (en la cual el pensamiento ya no empieza y termina con Dios, sino se niega lo sobrenatural).

2. Podemos seguir una secuencia teológica en la historia y observar cómo la manera de vivir de la humanidad cambia de acuerdo con su actitud hacia Dios:

  • Politeísmo
  • Monoteísmo (Tiempo del AT)
  • Teísmo Bíblico del cristianismo (Trinidad)
  • Teísmo naturalista (escolástica): los pensadores empiezan a marginar a Dios y a colocar al hombre en el primer plano.
  • Deísmo ("Dios se retiró después de haber creado el mundo")
  • Panteísmo: Dios es humanizado y el hombre deificado; "Dios y el hombre son uno". Si el hombre es "una parte de Dios", entonces la sociedad debería ser mejor. Desafortunadamente, el panteísmo no produjo ninguna sociedad mejor. Por tanto, la sociedad dejó de creer en Dios.
  • Ateísmo: Esta posición demostró ser todavía una posición demasiado "blanda".
  • Anti-teísmo: el esfuerzo activo de erradicar todo pensamiento en Dios.
  • Pos-teísmo: La pregunta acerca de Dios se considera obsoleta, solo un problema académico. Pero el pos-teísmo tampoco produjo una sociedad mejor.
  • Ocultismo, satanismo: Un regreso al mundo espiritual, pero ahora ya no de acuerdo al Espíritu de Dios.

Esta secuencia se puede observar en la historia del mundo entero.

3. Podemos examinar las diferentes tradiciones en conflicto:

- La tradición de Dios: quien es Él, lo que Él hace, lo que Él hará.

Esta tradición se expresa p.ej. en los judíos del AT, en los cristianos primitivos, en Agustín, en la Reforma, en la tradición evangélica.

- La tradición que empieza con el hombre: quien es él y lo que hace.

Pero esta tradición no puede empezar con el hombre como en un vacío. Por tanto, en realidad empieza con el hombre que está al servicio de los poderes del enemigo. El hombre no puede ser "neutral": o es siervo de Dios o es siervo del enemigo.

Esta tradición se expresa p.ej. en los griegos antiguos y el helenismo, en los romanos, en la escolástica, en el humanismo y el renacimiento, en el racionalismo de la Ilustración, en la romántica y el transcendentalismo, en la filosofía evolutiva en sus diferentes variaciones (darwinismo, pragmatismo, marxismo, freudianismo, etc.), en el existencialismo, en el ocultismo y en el satanismo.

(Este tema se ampliará en la siguiente sección: "Historia de las cosmovisiones")



IV. Pensar de manera Bíblica-cristiana

El pensamiento Bíblico-cristiano es en primer lugar el reconocimiento de que el hombre no es Dios.

El pensamiento Bíblico-cristiano nos libera para ser líderes.

Se requiere un largo proceso de crecimiento para llegar a pensar de manera Bíblica-cristiana.

El hombre no es Dios. Por tanto, todas las conclusiones humanas se basan necesariamente en ciertas presuposiciones o axiomas. En otras palabras: ¡Todo pensamiento humano se basa en alguna forma de fe! Solo podemos escoger entre la fe en la revelación bíblica, la fe en la razón, o la "fe en la fe". Por tanto, tenemos que reconocer que todo nuestro pensar se basa en una de estas dos formas de fe:

o en la fe en la revelación de Dios y Su presencia

o en la fe en las conclusiones de hombres.

La fe en la revelación de Dios y Su presencia:

El hombre no puede comprobar que Dios está presente. Tampoco puede comprobar que la Biblia es la revelación de Dios. Si esto fuera posible, el hombre sería igual a Dios. Lo finito no puede comprobar lo infinito; lo creado no puede comprobar al Creador. Entonces, vivimos a base de la fe en lo que suponemos que es la revelación de Dios, del cual suponemos que El está presente.

La única alternativa a esta clase de fe es:

La fe en las conclusiones de hombres:

Esto significa vivir a base de la fe en lo que sabemos que son conclusiones de hombres, de los cuales sabemos que están (o estuvieron) presentes.

Si escogemos esta clase de fe, entonces seremos pronto los más infelices de todos los hombres. Lo único que es seguro acerca de las conclusiones humanas, es que nada es seguro. Esto es confirmado por cada rama científica: Lo que ayer se consideraba comprobado, hoy ya no es cierto; y lo que se considera comprobado hoy, ya no será cierto mañana (Vea 2 Tim.3:7).

Cuando empezamos con el hombre, no podemos escapar de la relatividad. Podemos proyectar lo finito hacia afuera, tan lejos como queremos: nunca llegaremos a un punto de referencia infinito. En consecuencia llegamos al existencialismo: No existe la objetividad ni lo absoluto; todo es absurdo.

La única salida consiste en suponer que lo absoluto existe; que existe un Dios quien se revela, quien hace saber al hombre (no completamente, pero verdaderamente). Cuando nos arriesgamos a pensar bíblicamente, entonces comprenderemos que podemos saber, porque el Espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu, por causa de la obra redentora cumplida por Cristo, de que somos hijos de Dios.

Sin poder comprobar a Dios, ni que la Biblia es Su Palabra, pero a base de la suposición que hemos aceptado, de que Dios existe y de que la Biblia es Su Palabra, podemos saber que existe la obra redentora de Dios, cumplida en Cristo; y cuando aceptamos esta obra redentora para nosotros, tenemos el testimonio del Espíritu de Dios en nuestro espíritu (y esto confirma que nuestras presuposiciones eran correctas).

Pensando bíblicamente, podemos y debemos cuestionar todo sistema de pensamiento, si hace y responde las preguntas fundamentales, y esto de una manera que se pueda vivirla. El único "sistema" que hace esto de manera satisfactoria, es el sistema Bíblico-cristiano. Todos los otros sistemas se convierten necesariamente en ideologías que dividen al hombre y que causan tensiones interiores (uno cree algo teóricamente, pero se ve obligado a vivir de manera diferente en la práctica, porque no podemos vivir excepto en el marco de la verdad de Dios.) Aun peor es cuando la ideología se toma por absoluta. Solo al pensar bíblicamente, escapamos del peligro de tomar lo relativo por absoluto y lo absoluto por relativo. Lo relativo en lo cual estamos encerrados, es por ejemplo: el espíritu prevaleciente del presente; la cosmovisión dominante; el sistema teológico en el cual crecemos; nuestro origen en cuanto a nuestra familia, iglesia, cultura, nación, civilización, idioma; nuestra rama de estudios y la manera como nos la enseñan; etc.

Siempre debemos hacernos preguntas como las siguientes: ¿Qué es equivocado en el libro que estoy leyendo; en la enseñanza que estoy escuchando? ¿En qué basa este autor todo su pensamiento? ¿En el Dios de la Biblia o en otra cosa? (Si es otra cosa, entonces no podemos aceptar sus conclusiones como absolutamente verdaderas.)

Leer todavía no es saber; escuchar todavía no es comprender; ver no es creer. ¿Cómo debemos leer, escuchar, ver, pensar? Por ejemplo, cuando leemos un libro, leemos solamente lo que las presuposiciones del autor nos permiten leer. Pero debemos aprender a escuchar, leer y pensar bíblicamente.

Cuando hacemos esto, seremos liberados para el liderazgo y podremos leer, ver, escuchar etc. sin ser influenciados (o decidiremos que no querremos ver o escuchar ciertas cosas). Cuando leemos algo, sabremos discernir: ¿Cuáles son las presuposiciones del autor? ¿Cuáles son sus conclusiones? ¿Son estas conclusiones lógicas? Al mismo tiempo podremos saber cuáles son, en cambio, nuestras presuposiciones y nuestras conclusiones. "Ustedes sabrán la Verdad (y Dios es la Verdad), y la Verdad les hará libres." (Juan 8:32) "Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad." (2 Cor.3:17).

Si no dominamos el pensar bíblicamente, caeremos en una de dos trampas:

  • Nos retiraremos porque no sabemos cómo manejar las cosas con las cuales nos enfrentamos. Como cristianos, nos retiraremos de la cultura, la política, etc, y reduciremos el cristianismo a la iglesia. Entonces ya no tendremos ninguna influencia en el mundo.
  • O nos dejaremos influenciar por el mundo, y cuando nos damos cuenta, odiaremos a aquellos que nos influencian, sean autores, actores, periodistas, etc. - encones nos amargaremos porque no entendemos las cosas. Comprender a nuestros enemigos y amarles, es posible solamente cuando pensamos bíblicamente. Entonces podremos diferenciar, por ejemplo, entre un comunista (al cual amamos) y el comunismo (que odiamos); y podremos decir con Jesús: "Perdónales porque no saben lo que hacen." Incluso podremos comprender por qué hacen lo que hacen, y confrontarles con su manera de actuar, sin herirles personalmente.

Necesitamos la armadura espiritual (Ef.6:10-18):

  • el cinturón de la verdad: el conocimiento correcto,
  • la coraza de la justicia: la acción correcta,
  • las botas de la disposición de la noticia correcta,
  • sobre todo el escudo de la fe: la defensa correcta que es el pensamiento Bíblico-cristiano; este escudo apaga todos los dardos encendidos del enemigo.
  • el yelmo de la justicia: la relación correcta con Dios,
  • la espada del Espíritu: el arma correcta,
  • la oración en el Espíritu: la dirección correcta por medio del Espíritu de Dios,
  • la oración por los santos: la comunión correcta.
  • La espalda no es protegida: El cristiano nunca retrocede, ni se mueve de manera "dialéctica".

Para aprender a pensar bíblicamente, es necesario quitar una "capa" tras otra de nuestras presuposiciones antiguas, hasta llegar al punto de partida inicial. De allí podemos empezar a edificar nuevamente, con presuposiciones bíblicas. De la misma manera tenemos que quitar muchas "capas" de conclusiones en todo lo que leemos o escuchamos, hasta llegar a las presuposiciones que originalmente están detrás de ello. Al leer o escuchar algo, no debemos quedarnos con las conclusiones del autor. En primer lugar tenemos que preguntar dónde el autor empieza a pensar. Cada autor tiene un tal "punto de partida", esté consciente de ello o no.

(Este tema se ampliará en la sección "Evaluación y reinterpretación bíblica de los conceptos que encontramos en el mundo")


V. Evangelización y Reforma Bíblica-cristiana

Siempre tenemos una cosmovisión. Entonces, si no tenemos la cosmovisión bíblica, tenemos otra. Cada persona vive a base de su cosmovisión, no importa si haya escogido su cosmovisión él mismo o si esté siguiendo a otras personas.

Evangelización bíblica

Si existe una cosmovisión bíblica, entonces existe también una evangelización bíblica. Puesto que demasiados cristianos no tienen una cosmovisión bíblica y no empiezan con Dios en su manera de pensar, no se dan cuenta de que la Biblia habla de todas las preguntas fundamentales y da todas las respuestas.

El punto de partida y más importante es Dios mismo. El segundo punto es la Creación (¡no la Salvación!). El tercer punto más importante es la pregunta acerca del origen del conocimiento: ¿Qué existe? ¿y cómo sabemos? - Una parte del conocimiento (a base de la revelación de Dios) es el hecho de que el hombre ha caído y necesita la obra redentora de Cristo para ser reconciliado con Dios.

Cuando los cristianos abandonan la cosmovisión bíblica, esto tiene consecuencias negativas para la evangelización: Se predica solo a Cristo; pero esta es solo una parte de la Verdad. Se empieza y termina con Cristo en vez de Dios. Aunque Cristo es Dios; pero Dios es también el Padre y el Espíritu Santo. Cuando empezamos con Cristo, entonces empezamos "en el medio de lo desconocido", porque así las personas no comprenden por qué necesitan a Cristo.

Tenemos que hablar sobre la aplicación de Dios y de Sus principios a todas las áreas de la vida, y que solo Dios en Jesucristo es el Salvador. Así aclaramos que nuestro problema principal es nuestra enajenación de Dios. Pero este es solo el punto de partida: Después de reconciliarnos con Dios, somos llamados a glorificarle a Él y a servirle a Él como Señor, o sea, reconocerle a Él como Él que determina las normas para todas las áreas de nuestra vida.

Muchos cristianos evangélicos tienen un pensamiento dividido: Aunque ven que existe una cosmovisión Bíblica, no empiezan con Dios y la Creación; por tanto, predican cosas que no son aceptables para la razón; se convierten en "místicos" que no tienen ningún atractivo para los intelectuales; giran siempre en círculos muy pequeños y no ven la relación de su fe con lo entero de la vida.

En cambio, cuando confrontamos a un intelectual con una cosmovisión completa, él tiene por lo menos un interés académico: se ve obligado a reflexionar y a dar una respuesta. Muchos evangélicos empiezan con la Salvación y dicen a los hombres que deben ser salvados de la "esfera secular" para convertirse en miembros de la iglesia. Esto parece como si la iglesia fuera la única esfera importante de la vida. En cierta manera, este testimonio es bueno y necesario; pero no debe empezar ni terminar allí, sino debe empezar y terminar con Dios.

Un ejemplo de la tragedia de las misiones evangélicas es el continente africano. Estadísticamente, África es hoy el continente más cristiano. Un incrédulo que compara esta estadística con la situación actual en África, nunca querrá volverse cristiano. ¿Por qué es África hoy en día un tal caos? - A los convertidos no se les enseñó aplicar a Dios y Sus principios a todas las áreas de la vida. En cambio, a los niños talentosos de los cristianos les enseñaban a leer y escribir; algunos de ellos se hicieron pastores. Pero puesto que los cristianos no hicieron otros ministerios aparte de fundar iglesias, les enviaron a estos alumnos a Europa o América para completar su educación. Allí aprendieron la filosofía evolutiva, y especialmente el marxismo. Los cristianos les habían enseñado a leer; ahora los marxistas les dieron los libros. Después de la independencia de los estados africanos, estos cristianos apóstatas se convirtieron en líderes políticos e intelectuales. Si hubieran, en cambio, experimentado una evangelización realmente bíblica, entonces hubieran tenido una cosmovisión bíblica fuerte y no se hubieran dejado influenciar por otras corrientes.

Muchos teólogos dicen que cada cristiano, en su vida personal, tiene que llegar a un "punto de crisis" (que no tiene que ser idéntico con la conversión), donde reconoce su necesidad de entregarse y sujetarse completamente a Dios; de recibir a Jesús no solamente como su Salvador, sino también como su Señor. (Los calvinistas llaman este punto "Reconocimiento de la soberanía de Cristo", los wesleyanos "Santificación", y los carismáticos "Llenura del Espíritu Santo".) Jesús debe ser el Señor en todas las áreas de la vida y de la sociedad.

Una evangelización bíblica es muy necesaria. Entonces las personas experimentarán una gran liberación para el servicio de Dios, no importa en cual área de la sociedad estén trabajando. Y un cristiano ya no se sentirá avergonzado si tiene "solamente" un trabajo "secular". Cada cristiano tiene un llamado de hacer algo que solamente él puede hacer, porque Dios se preocupa de la civilización entera.

(Acerca de este tema, vea también: "95 tesis sobre el estado de las iglesias evangélicas")


Reforma bíblica

Una Reforma bíblica significa llevar todas las áreas de la vida bajo la soberanía de Dios.

La única alternativa a una Reforma sería una revolución (la creencia de que el hombre por sí mismo puede crear un nuevo orden - pero el hombre, por sí mismo, no puede crear nada sino destrucción y muerte.)

Dios tiene que gobernar primero en nuestros corazones, antes de que pueda estar presente en nuestros pensamientos. Una Reforma no puede planearse humanamente; no podemos juntos "tramar una Reforma". Una Reforma es un movimiento de Dios en los corazones y pensamientos de las personas que le reconocen no solo como Salvador sino también como Señor, y que le sirven. No podemos "estudiar cómo se hace una Reforma", solo cómo se llevaron a cabo las Reformas del pasado. Dios no es limitado en los medios que Él usa; pero Él se decidió a usarnos a nosotros, los hombres redimidos. Sin embargo, no nos obligará a colaborar con Él.

Condiciones de una Reforma

1. Una Reforma puede suceder solamente cuando los redimidos reconocen que Dios y Sus principios se aplican a todas las áreas de la vida, y que existe una cosmovisión cristiana. (¡La última vez que los cristianos reconocieron esto claramente, fue en la Reforma del siglo XVI !)

2. Los cristianos tienen que decidirse a ser tan eficaces y proficientes como pueden, en aquella área de la vida a la cual fueron llamados. Primero en el dominio de su propia rama de estudios; después en la re-interpretación bíblica de estos estudios; y después en la aplicación práctica y quizás la institucionalización de su re-interpretación.

3. Cada cristiano tiene que reconocer personalmente que Dios le llama a un campo específico de trabajo.

4. Cada cristiano tiene que dominar su campo de trabajo específico - no como un fin en sí mismo, sino para glorificar a Dios. Es bueno que los jóvenes cristianos vayan a la universidad; pero que sean sujetos a Dios como Señor para que no sean influenciados por el pensamiento del mundo que se manifiesta en los estudios universitarios.

5. Cada cristiano debe encontrar a otros cristianos que tengan el mismo llamado como él (la re-interpretación bíblica de su campo específico de trabajo), y edificar una relación con ellos. No se necesita a muchas personas para lograr un cambio de la dirección.

6. Edificar relaciones con cristianos más allá de su propio campo de trabajo: en la sociedad, la política, la educación, etc. Las pocas personas que realmente empiezan a ser activos, por ejemplo en la política, se convierten en personas claves; y aquellos que son elegidos en posiciones de poder saben exactamente quiénes son estas personas claves. Ellos saben que ya no serán elegidos si se enemistan con una de estas personas. ¡Estas personas claves son una minoría pequeña! ¿Por qué no pueden ser cristianos entra estas personas? - Podrían serlo, si fueran más bíblicos.

7. Si los cristianos tuvieran una influencia dominante en toda la sociedad, entonces todas las áreas de la vida podrían estar bajo el señorío de Cristo. Esto no significa que sería una sociedad perfecta - en le mundo presente no existe ninguna perfección -, pero sería una diferencia esencial.

La única alternativa a una Reforma es una revolución, que produce opresión, odio y destrucción. ¿Queremos una Reforma o una revolución?

Preguntas de estudio:
Describe en tus propias palabras las cuatro preguntas filosóficas fundamentales, y sus posibles respuestas.
¿Por qué tenemos que aplicar la Palabra de Dios a todas las áreas de la vida?
¿De qué manera deben incluirse cosmovisiones no cristianas en una educación cristiana?
Explica esta afirmación: "Tenemos la economía equivocada porque tenemos la teología equivocada."
Describe las diferencias más importantes entre la interpretación secular de la historia, y una interpretación cristiana de la historia.
¿Por qué dice Glenn Martin que todo pensamiento se basa en alguna forma de fe?
Describe cómo podemos analizar las enseñanzas que leemos o escuchamos, sin ser influenciados por ellas.
¿Qué nos enseña el ejemplo de Africa en cuanto a la evangelización y el discipulado?
Describe lo que Glenn Martin entiende con "Reforma".

Para reflexionar más:
¿Cuáles son tus propias presuposiciones del pensamiento?
¿Qué cosmovisión recibiste de parte de tus padres y familiares, de tu educación escolar, de tu tradición religiosa?
¿Estás dispuesto a examinar tus propias presuposiciones, a la luz de la Palabra de Dios?

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