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LAS OVEJAS DEL PERÚ

Capítulo 7: Respuestas equivocadas a las heridas

Iglesias disfuncionales - - - - - Alcanzando la sanidad personal
Para hojear este capítulo:
Conformismo y negación
Hipersensibilidad
Resistencia pasiva
Vanidad
Venganza
Anomía
El dilema del líder

"Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. ¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa?" (Jeremías 2:13-14)

La persona herida trata, de manera consciente o inconsciente, aliviar el dolor de sus heridas. Pero a menudo lo hace en una forma que no contribuye a la sanidad. Al contrario, edifican "muros de autodefensa" en el lugar equivocado.

Conformismo y negación

Muchas personas están viendo por lo menos una parte de los problemas que hemos descrito hasta ahora; pero se deciden simplemente pasarlos por alto. "Así es la vida, y no la podemos cambiar." - "Hay que seguir la corriente no más." - El empleador no los paga y no dicen nada. Los asaltan en la calle y no lo denuncian. Les dan una orden inmoral y la cumplen sin preguntar nada. Algunos cristianos incluso creen que es su deber actuar de esta manera "por testimonio". Las personas que se conforman con el abuso, están negando el hecho que están heridas.
Hay dos problemas graves con este comportamiento. Primero, alienta a los abusadores a cometer más abuso. El abuso no podría extenderse tanto si no hubiera tantas personas que se dejan abusar. - Y segundo, si estas personas conformistas tienen cierta posición de autoridad, se convierten en cómplices silenciosos del abuso que sucede en su alrededor. Ven el abuso que cometen otros líderes a su lado, pero no hacen nada en contra.
En mi país hay este dicho: "Solo los peces muertos siguen siempre la corriente." Como cristianos somos llamados a "obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29), y a nadar contra la corriente si la corriente no agrada a Dios.

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Hipersensibilidad

Por el otro lado, algunas personas están tan "marcadas" por sus heridas que se sienten ofendidas en la más mínima ocasión.
"He visto a fulano en la calle y ni siquiera me ha saludado. Ya no le voy a saludar tampoco." - "La vecina me ha mirado de una manera tan rara ayer - ¿qué tendrá en contra de mí?" - La víctima sospecha rechazo, traición y "malas miradas" por todas partes, y reacciona hacia los demás con el mismo rechazo como el que sospecha de parte de ellos. Es muy difícil relacionarse con una persona así, y obviamente no solucionan nada con su comportamiento.

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Resistencia pasiva

En todo lugar podemos encontrar personas que no están de acuerdo con el liderazgo, pero no lo dicen. Solamente que cuando uno los necesita, no están o no cumplen. Bloquean la obra por detrás. Aunque podrían tener buenas razones para su desacuerdo, nunca estarían dispuestos a hablar abiertamente de su malestar. En el mundo del trabajo, esta es probablemente una de las razones por qué, a pesar de horarios de trabajo muy largos, muchas empresas no trabajan de manera eficaz. Los trabajadores sueltan su "carga de agresión", entregando trabajo de mala calidad, "olvidándose" o "equivocándose". - El mismo fenómeno podemos observar en iglesias cristianas.
Esto se llama "comportamiento pasivo-agresivo". Por fuera, estas personas no muestran ninguna agresividad. Al parecer cumplen con sus funciones. Pero con sus hechos demuestran que perciben a sus líderes (y otras personas) como enemigos a quienes hay que hacer las cosas lo más difícil posible.
Por lo general, el comportamiento pasivo-agresivo se desarrolla cuando a una persona nunca se le permitió expresar con franqueza sus verdaderos sentimientos. En algunas familias se pone mucha énfasis en que los niños "se porten bien" hacia afuera, reforzándolo con razones como: "¿Qué pensará la gente?". Nunca se permite a los niños gritar, llorar, ni mostrar enojo, ni decir "No". Pero con esto no se elimina la agresividad en el niño, solamente empieza a expresarla en formas más pasivas: "olvida" sus tareas del colegio, se ensucia la ropa, "se le caen" objetos que se rompen, etc.
Algo muy parecido sucede en personas que han vivido mucho tiempo en una situación de esclavitud y opresión, como ha sido el caso en el Perú por muchos siglos. Por eso no es de extrañar que exista un gran número de personas que muestran este comportamiento.

Pero la "carga de agresión" en realidad no disminuye. Y los verdaderos problemas nunca se sacan a la luz, y por tanto nunca se resuelven. La persona que actúa así, vive toda su vida en una mentira.
Dios quiere que traigamos las cosas a la luz: "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas ... Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo." (Ef.5:11-13) Dios quiere que corramos el riesgo de hablar abiertamente de lo que pasa, confiando que El es la suma autoridad, sumamente justo y sumamente bueno.

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Vanidad

¿Por qué el ideal de belleza, para la mayoría de los peruanos, tiene piel blanca, ojos celestes, y cabello rubio crespo? La clase de vanidad que se observa generalmente en Perú, nace de un desprecio hacia la propia raza. Si el conquistado no puede vencer al conquistador, trata de ser uno de ellos.
En los varones, esta vanidad se puede manifestar, por ejemplo, en la acumulación de títulos profesionales y honores públicos. En mi ignorancia extranjera, me reí cuando escuché hablar por primera vez de una "facultad de turismo" en la universidad. Se están incluyendo en la formación universitaria más y más carreras que no tienen nada que ver en una universidad, solo para que los egresados puedan levantar su autoestima con el título de "Licenciado".
Igualmente se nota el interés por todo lo que es extranjero. Las academias de inglés están repletas, mientras nadie se interesa por estudiar quechua. Una persona que ha estudiado o trabajado en el extranjero, casi automáticamente es considerada como alguien "más importante".

Los fenómenos mencionados son también una forma de la negación: En vez de solucionar sus problemas, la gente actua como si el problema no existiera. Así engañan a sus prójimos - pero también a sí mismos.
El profeta Ezequiel reprende a aquellos que cubrieron la miseria de la nación con una apariencia hermosa:
"Estos profetas han engañado a mi pueblo diciendo: ¡Todo anda bien!, pero las cosas no andan bien; construyen paredes edebles de hermosa fachada. Pues diles a esos constructores que sus fachadas se vendrán abajo con una lluvia torrencial, abundante granizo y viento huracanado. Y cuando la pared se haya caído, les preguntarán: ¿Qué pasó con la hermosa fachada?" (Ezequiel 13:10-12 NIV)
Llegará el día cuando "la pared se vendrá abajo". En vez de pintar por afuera la pared que está mal construida, es necesario derribarla y edificar otra nueva, que sea fundamentada en los principios de Dios.

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Venganza

Hay un tipo especial de mujeres, del cual uno puede encontrar por lo menos un ejemplar en cada lugar público. Esta clase de mujer tiene típicamente entre cuarenta y sesenta años de edad, es gorda (aunque no siempre), y tiene la capacidad de ametrallar con su boca a cualquiera, pero de preferencia a varones. Es la mujer que sin vergüenza se mete al primer lugar en la cola, que entrega de menos y cobra de más, y que insulta a cualquiera que se atreve a quejarse.
Creo que detrás de este comportamiento hay, en casi todos los casos, una historia de maltrato y abuso. Es su manera de dar salida a la amargura que se ha amontonado durante toda una vida, a raíz de no haber sido respetada como mujer. Si este comportamiento es mucho más frecuente en mujeres que en varones, es solo un indicio de que generalmente las mujeres llevan una carga de amargura mucho más pesada que los varones. Ahora están haciendo venganza; solamente que esta venganza no se dirige hacia la persona que inicialmente causó la herida, sino contra cualquiera que esté presente.
Lo que no saben estas mujeres, o si lo saben les importa muy poco, es a cuántos heridos están dejando ellas mismas en su camino. Y con todo esto, su carga de amargura no disminuye.
Dios ha provisto un lugar donde depositar la carga de amargura: al pie de la cruz de Jesús. Cuando la carga se queda allí, entonces ya no habrá necesidad de vengarse, y se podrá romper el ciclo vicioso del maltrato.

La venganza puede también asumir la forma de la delincuencia, el engaño y la estafa.
Un libro de guía turística impreso en Alemania, recomienda a los turistas dejarse robar no más, porque "esta es solamente una forma como los peruanos están recuperando algo de lo que los europeos les robaron hace siglos." Pero esto no es verdad, porque los bienes robados no contribuyen en nada para el desarrollo del país. Normalmente este dinero es derrochado en borracheras y cosas parecidas. - Además, esta forma de venganza no eleva en nada el nivel de justicia en el país; al contrario. Se comete más abuso, se producen más víctimas, y el ciclo vicioso continúa.

Otra forma de venganza es la resistencia abierta contra la autoridad, y la negación de someterse a cualquier autoridad. Sin duda hay una resistencia legítima contra la autoridad. Pero la venganza no desea establecer una autoridad mejor, sino hacer daño a la autoridad en general. A menudo, esta venganza ni siquiera se dirige contra los verdaderos culpables, sino contra cualquier persona u objeto que esté en el camino. Una expresión particular de esta venganza desviada es el vandalismo, que regularmente causa altas pérdidas en bienes públicos y privados.

El extremo sangriento al cual lleva la actitud de venganza, es sin duda el terrorismo. El terrorismo explota los sentimientos de amargura y sufrimiento en los campesinos y otras personas oprimidas, para utilizarlos para sus propios fines. La energía que puede liberarse a raíz de la amargura, por haber sido tratado de manera injusta, es increíble. Pero es una energía negativa, destructora. En este caso también, al final de cuentas solamente aumenta el número de víctimas del abuso.

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Anomía

"Anomía" es una palabra griega del Nuevo Testamento que describe una vida sin ley, sin limitaciones, sin respeto ante una autoridad superior. Normalmente se traduce como "iniquidad" o "maldad"; pero esto no expresa su sentido completo. "Anomía" es no solamente la actitud de cometer maldad en contra de la ley; es más: "Anomía" es la negación completa de cualquier derecho o ley, de cualquier distinción entre lo bueno y lo malo.
El Señor nos advierte que los últimos tiempos antes de su venida serán caracterizados por la anomía: "Y por haberse multiplicado la maldad (anomía), el amor de muchos se enfriará." (Mateo 24:12) Hay una corriente fuerte, especialmente entre la juventud, de querer vivir sin ninguna limitación ni restricción. Esto va desde los adolescentes ingenuos que siguen su ideal del "sexo libre", hasta aquellos intelectuales que trabajan conscientemente para desprestigiar y derribar cualquier sistema de gobierno y autoridad. Y a primera vista esto suena muy atractivo: "Quiero ser libre. Quiero poder hacer lo que me da la gana."
Pero esta no es la verdadera libertad. Si cada uno puede hacer lo que le da la gana, entonces nunca puedo estar seguro si no me van a robar o asaltar tan pronto como salgo de mi casa. Si no hay ley ni autoridad, ¿quién me va a proteger? Esta "libertad sin límites" conduce a una guerra de todos contra todos.

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El dilema del líder

He descrito el problema muy ampliamente desde el punto de vista del súbdito. Pero también para el líder se presenta un gran problema. Suponemos que una persona recta, íntegra, asume el liderazgo de alguna organización, institución o empresa, con todas las intenciones de gobernar bien y de hacer un buen uso de su autoridad.
Al inicio probablemente encontrará mucho apoyo. En esta etapa, el líder todavía no es percibido por sus seguidores como un "peligro".
Pero pronto descubrirá que no puede realizar sus proyectos bien intencionados. Siempre habrá algunas personas que sabotean los planes, aunque no abiertamente. Dicen una cosa y hacen otra; prometen todo y no cumplen nada; tratan de beneficiarse solo a sí mismos en vez de colaborar para el bien común. Presentan resistencia pasiva.
También puede surgir un grupo de personas que por principio están en contra de todo. No están en contra de este líder en particular, sino que no están conformes con ninguna clase de autoridad. Irónicamente, esta clase de personas parecen integrarse mejor cuando se enfrentan con una autoridad muy fuerte y decidida, por lo cual incentivan indirectamente un estilo autoritario en los líderes.
La mayoría conformista todavía sigue la corriente del líder; pero siempre existe el peligro de que se levante un competidor que los sepa influenciar de manera que le sigan a él, en vez de seguir a la autoridad legítima.

Para el líder, esta situación significa un dilema serio. Prácticamente tiene solo dos opciones: Puede seguir actuando de manera honesta y renunciar a cualquier maniobra de falsedad. Entonces es probable que muy pronto sus competidores envidiosos le "serruchen el piso" y le destituyan de su posición. O puede empezar a recurrir a la manipulación y la opresión. De esta manera podría mantenerse en el poder, pero perderá su integridad y se convertirá en un ejemplo más de una autoridad abusiva. Simplemente no tiene la opción de seguir siendo honesto y a la vez mantener su posición.
Así por lo menos se presenta la situación, si dejamos fuera del cuadro a Dios, la suma autoridad. Pero si contamos con que Dios está en control de todo, entonces el líder honesto tiene una tercera opción: Puede seguir siendo honesto y enfrentarse con el peligro y los adversarios, confiando en Dios y clamando a El para su protección.

El libro de Daniel es muy instructivo en este aspecto. El rey Nabucodonosor empleaba esta estrategia astuta para dominar al pueblo judío conquistado: Iba a poner sobre ellos a autoridades que según su procedencia eran judíos y por tanto mejor aceptados por ellos, pero que en realidad eran leales a Babilonia. Por eso tomó a algunos jóvenes judíos nobles para educarlos en las costumbes de Babilonia.
Pero desde el principio, Daniel y sus amigos estaban decididos de seguir los mandamientos de Dios. Esta decisión fue puesta a prueba, primero en un asunto muy pequeño: su comida diaria. "Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey..." (Daniel 1:8)
Dos puntos son importantes aquí:
- Daniel no esperó una oportunidad "grande" para comprobar su integridad; su comportamiento era consistente aun en los asuntos "pequeños" de la vida.
- Daniel y sus amigos hicieron esta decisión mucho antes de llegar al poder, cuando eran todavía prisioneros sin derechos ni libertad. Nunca debemos creer que al tener el poder en nuestras manos, sería más fácil hacer decisiones honestas - al contrario, puede ser mucho más difícil.

Con esta decisión, los cuatro muchachos pusieron en peligro su propia vida, y la vida del oficial puesto sobre ellos. Solo confiando en el poder de Dios eran capaces de hacer esta decisión, y Dios honró su valor.

La siguiente prueba ocurrió cuando los cuatro jóvenes ya eran gobernadores de provincias. El rey ordenó que todos debían postrarse y adorar ante una estatua inmensa que el rey había hecho levantar. "Y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo." (Daniel 3:6)
Hoy en día podemos observar a muchas autoridades que "por compromiso" participan en cosas que están en contra de su propia conciencia, incluso sin enfrentar una amenaza tan terrible. Pero los muchachos judíos mantenían su integridad, confiando firmemente en Dios, y estaban dispuestos incluso a perder sus vidas. Otra vez, Dios honró la confianza de ellos y los liberó del horno de fuego.

Una tercera prueba la tuvo que pasar Daniel en su vejez, bajo el gobierno de Darío. En este instante, Daniel era el segundo hombre después del mismo rey. "Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; pero no podían encontrar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él." (Daniel 6:4)
¡Qué testimonio de la integridad de Daniel, que ni sus peores enemigos pudieron encontrar una falta en él! ¿De quién de las autoridades contemporáneas, incluso de los que se llaman cristianos, podríamos decir lo mismo? - Pero entonces los enemigos de Daniel descubrieron que pudieron acusarle precisamente en lo que era su punto fuerte: su relación con Dios. Influenciaron al rey para prohibir hacer peticiones a cualquier otro dios u hombre fuera del rey. Daniel seguía orando a Dios, por lo cual sus enemigos tuvieron una razón para acusarle.
También en esta situación, Dios honró la integridad de Daniel y lo rescató del foso de leones.

Si de verdad creemos que Dios es el mismo hoy como siempre, entonces El está también hoy aquí para proteger a las autoridades honestas. Esta es, de hecho, la única salida posible para un líder que quiere mantener su integridad en la situación actual. ¿Dónde están los líderes que asuman el reto, que permanezcan fieles a Dios, y que no se dejen arrastrar por las muchas influencias que quieren corromper su autoridad? Ellos serán los únicos capaces de romper el círculo vicioso de abuso y heridas.

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