¿Así que ya no quieres ir a la iglesia?

Por Jacob Colsen

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Capítulo 5: Amor con un gancho

Llegué acá para escapar de todo eso, pero resulta que traje todo conmigo. Parece que cada minuto estaba lleno de pensamientos acerca de lo que sucedía en casa. Aun el paisaje virginal no pudo calmar mi frustración y enojo.

La laguna Nellie es uno de mis lugares favoritos. Se encuentra en la altura, al final de una subida de dos horas y media. Casi nunca hay otras personas aquí, incluso ahora en verano. Tuve la laguna entera para mí mismo.

Es una laguna pequeña, pero siempre cojo muchas truchas de buen tamaño aquí.

Mi esposa Laura había viajado para visitar a sus parientes por una semana. En un arranque de frustración yo había salido para unos días de retiro personal. Ya había tipeado mi carta de renuncia, pero la escondí en mi escritorio hasta que tuviera tiempo para pensarlo bien.

Yo había tomado a pecho mis últimas conversaciones con Juan, y en los seis meses desde entonces, mi relación con Dios había realmente empezado a crecer. Yo estaba más consciente de su presencia durante el día. Yo estaba empezando a aprender cómo confiar más en él que en mis propios esfuerzos. Pero justo entonces estalló un conflicto en la iglesia. De alguna manera perdí a Dios de la vista en todo eso, y comencé nuevamente a buscar la cara conocida de Juan por todas partes donde pasé. Por fin me rendí y decidí escaparme, aunque por unos días no más.

En las dos últimas horas había atrapado casi veinte truchas. Pero aun estos momentos fueron solo una distracción momentánea del gran dolor que sentía en mis intestinos. Yo había visto unos conflictos horribles en mi trabajo de negociante, pero nunca había visto un grupo de personas tratarse con tanta hostilidad y tanto engaño, y a la vez esforzándose tanto por parecer dulces e inocentes.

"¡Idiotas!", exclamé, mientras eché el anzuelo a la laguna.

"Espero que no estés hablando de mí", dijo una voz conocida desde la colina detrás de mí. Sorprendido, salté sobre mis pies y me volteé. Juan, con una mochila en su espalda, estaba descendiendo hacia la laguna.

Casi tropecé sobre mi caña de pescar cuando intenté dejarla en el suelo, para saludar a Juan. "¿Qué estás haciendo aquí arriba?"

"Vengo acá cada año alrededor de este tiempo por unas dos semanas, para caminar en las alturas y disfrutar de un poco de paz y quietud. Casi no encuentro a otras personas aquí, especialmente no a los que conozco."

"Yo igual. Esto es lo que me gusta aquí."

"¿Quieres que me vaya?"

"¿Estás bromeando?" - El era la única persona a quien le daría la bienvenida aun en la situación en que me encontraba. El se quitó su mochila y la apoyó contra un tronco. Estiró su espalda y preguntó: "¿Vienes acá a menudo?"

"No tanto. Una vez al año, a lo máximo." - De repente, mi caña comenzó a vibrar. La agarré y empecé a enrollar el hilo. Una trucha de medio metro se acercó por el agua. De repente el hilo quedó suelto, porque el gancho había salido de la boca de la trucha. Juan y yo nos reímos ambos. Ya no pensaba en pescar.

"Uno más en libertad", dijo Juan. Y sentándose sobre el tronco, preguntó: "¿Entonces quiénes son los idiotas? ¿Los peces?"

Mi cara se puso roja cuando me recordé de mi arranque de hace poco. "No, la pesca es increíble. ¡Pero la gente en la iglesia! No te lo puedes imaginar, Juan. Todo ha reventado en las últimas semanas. Ha traído a la luz lo peor en cada uno de ellos."

Juan me interrumpió: "Comencemos más antes que eso. ¿Cómo has estado tú desde nuestra última conversación?"

Demoré en soltar todo lo que le iba a contar, para enfocarme en nuestro último encuentro. "En realidad, las cosas iban bastante bien. Comencé a disfrutar nuevamente de mi relación con Dios, como cuando le conocí por primera vez. Dejé de esforzarme tanto para hacer que las cosas sucedan, y él se hizo visible para mi en tantas maneras. Empecé a ver cosas acerca de mí que nunca antes había visto; por ejemplo cuán exigente puedo ser, y cuán poco confío en Jesús para los detalles de mi vida. ¿Pero sabes qué? Esto no le importaba. El simplemente me mostró cuán real él quiere ser en mi vida."

"¡Esto es grandioso! Sé que es difícil creer, pero disfrutar de esta relación sencilla es todo lo que necesitas para que Dios obre en ti."

"Bueno, ahora mismo parece que no funciona. Todo se agolpa sobre mí, y estoy tan enojado todo el tiempo que mi propia esposa me tiene miedo."

"¿Estás enojado con ella también?" - Juan levantó mi caña mientras hablamos.

"No creo, pero seguramente me expreso como si lo estuviera."

"¿Estás enojado con el pastor?"

"Intento no estarlo, pero él lo hace imposible. De hecho me llevaba bastante bien con él, desde que dejé mis intentos de cambiarle, o de obligarle a una amistad que él ya no desea. Pero entonces ese concierto estúpido lo malogró todo."

"¿Le dijiste cuán enojado estás?" dijo Juan, mientras echó el gancho sin cebo al agua.

"¡Todavía no! El me despedirá, y entonces ¿dónde estaría yo? He pensado en dejar el trabajo. Incluso tipeé mi carta de renuncia, pero quiero asegurarme otro trabajo antes de irme. He sacrificado tanto para trabajar con ese tipo, ¡y ahora mira en qué problema estoy!" Suspiré profundamente y pude sentir la sangre pulsando en mis oídos. "Ahora él quiere que yo mienta para él."

"¿Acerca de qué?"

"Nuestro líder de jóvenes había planeado un concierto hace dos semanas, para evangelizar a los alumnos de secundaria. Contrató a un grupo con un verdadero mensaje evangelístico, que habían hecho un evento anti-drogas en una escuela el día anterior. El y los chicos habían repartido volantes en toda la vecindad. Vino una gran multitud, pero esto creó una crisis aun más grande. Algunos de nuestros miembros más ancianos escucharon la música y dijeron que el estilo era demasiado mundano. Cuando fueron a ver el evento, vieron a unas chicas con vestidos muy escotados, y unos chicos vestidos como pandilleros. Pienso que se asustaron, pero acusaron al pastor de jóvenes de profanar el santuario.
Más tarde encontramos que algunas de las sillas recién retapizadas habían sido cortadas con cuchillos, y unas partes del equipo de sonido faltan, y había grafitis en el baño de varones. El daño era de unos 3500 dólares, y ellos demandan la cabeza de alguien."

"Una evangelización puede traer desorden", dijo Juan, mientras observaba el anzuelo inmovible.

"Lo que sucedió después, fue aun más desordenado. Deberías escuchar los gritos de batalla: 'Tenemos suficiente de esto en la tele, no necesitamos traerlo a la iglesia.' '¿Por qué intentamos salvar a los hijos de todo el mundo, si estamos perdiendo a los nuestros?' 'Todo el auditorio estaba lleno de vagabundos.' "

"Esto sería una veradera ventaja, si el propósito era evangelizar."

"Supongo que esto lo he entendido. Pero es increíble como la gente de ambos lados del asunto se atacan con tanta ira."

"Si me recuerdo bien, ¿no dice vuestro letrero en la fachada: 'Donde el amor es un estilo de vida'?"

Primero ni entendí de qué estaba hablando. "El letrero está allí desde hace tanto tiempo que nadie se fija en él."

"Obviamente", dijo Juan, riéndose.

"¿Te parece chistoso?"

"Diría más irónico que chistoso, pero este es el problema de las instituciones, ¿o no? Una vez que levantas una institución, tienes que protegerla y sus bienes. Esto confunde todo. Aun el amor se malentiende: ahora se llama 'amor' lo que protege la institución, y 'falta de amor' lo que va en contra de ella. Esto convierte a las personas más amables en maniáticos, y nunca se detendrán para reflexionar que todas estas acusaciones son lo contrario del amor."

Mientras Juan recogía el anzuelo vacío, dijo: "Es amor con un anzuelo. Si haces lo que queremos, te recompensamos. Si no lo haces, te castigamos. En realidad, esto no es amor en absoluto. Damos nuestro afecto solo a aquellos que sirven nuestros intereses, y rechazamos a aquellos que no nos sirven."

"¡Qué problema!"

"¿Ves cuán doloroso es? Por eso, las instituciones reflejan amor solamente mientras están de acuerdo en lo que hacen. Cualquier diferencia de opiniones produce una lucha por el poder."

"Esto es verdad. Y parece que esto se prolonga más de lo que merece el conflicto. Me han dicho insultos que nunca escuché cuando era hombre de negocios. Una familia se ha comprometido a cubrir los gastos de las reparaciones y a remplazar todo lo que falta, pero la gente sigue quejándose de los gastos. No hace sentido."

"Excepto si todo esto expresa otro conflicto más profundo."

Yo no había pensado en esto antes, pero ahora me di cuenta de que los oponentes más fuertes estaban divididos en otros asuntos también. "Podrías tener razón, Juan. Siempre teníamos esta tensión escondida entre personas que piensan que nuestra iglesia es demasiado cerrada, y los otros que piensan que la gente nueva que viene malogra lo que tenemos."

"Esto es algo común. He estado con grupos que se peleaban acerca de las canciones que debían cantar, o quién podía usar su nuevo gimnasio. Algunos piensan en maneras de atraer gente nueva; otros quieren que todo permanezca como es. Estas cosas nunca son fáciles."

"Solo estoy enfermo de todo este problema y tengo miedo de volver allá. Mañana habrá una asamblea especial. Todos están enojados. Algunos de los líderes exigen que el pastor de jóvenes se vaya, y están enojados con el pastor porque permitió que todo esto sucediera."

"¿Cómo piensas que resultará?"

"Si el pastor es bueno en algo, es en salvar su propia piel. Probablemente despedirá al pastor de jóvenes. Ya le dijo que si él se va voluntariamente, le daría una buena recomendación para otra iglesia. Pero es allí donde él quiere que yo mienta para él."

"¿Qué quiere que digas?"

"El quiere distanciarse de todo este asunto, diciendo que él no sabía qué clase de concierto era. Pero él lo sabía. El había escuchado uno de sus CDs antes, y le habían advertido que su música era bastante fuerte. El pastor lo escuchó y dijo a Ben y a mí cuán entusiasmado estaba para alcanzar a la juventud herida de nuestra comunidad."

"¡Ah oh!"

"Sí. Ahora él cambió su cuento. Hace unos días, uno de nuestros ancianos le reprochó, y él se defendió diciendo que él no estaba informado. Dijo que yo fui quien lo había aprobado. Ahora el pastor y Ben están contando historias diferentes y se llaman mentirosos uno al otro. Cuando recordé al pastor de nuestra conversación anterior, él dijo que se sentía atrapado y que en el calor del momento se había olvidado de que había escuchado el CD. Cuando le dije que él necesitaba aclarar el asunto, él me dijo que aunque no era técnicamente verdad, por lo menos representaba la verdad. Si él hubiera tenido alguna idea de lo que iba a suceder aquella noche, él nunca hubiera estado de acuerdo. El quiere que yo respalde su historia, y le serruche el piso a Ben. Me dijo que después de todo lo que él hizo por mí, yo le debo esto."

"Me parece que si él dice que le debes algo, entonces él en realidad nunca hizo nada para ti."

Intenté descubrir qué quería decir. "¿El no hizo estas cosas para mí? ¿Para quién entonces? ¿Para él mismo?"

"Esto es lo que yo pienso. ¿Ves como nuestra idea del amor se tuerce cuando la institución es lo más importante? El probablemente se preocupa por ti; no quiero negar eso. Pero él mismo sigue en el centro de todo. Ahora él quiere cobrarte una deuda que tú no le debes.
El problema con la iglesia como tú la conoces, Jacob, es que es solo un acuerdo mutuo acerca de las necesidades personales de cada uno. Todos necesitan algo de ella. Algunos necesitan ser líderes. Algunos necesitan estar bajo liderazgo. Algunos quieren enseñar, otros están felices cuando pueden escuchar. Entonces ya no tenemos ninguna demostración auténtica del amor de Dios. En lugar de ello, tenemos un grupo de personas donde cada uno protege sus propios intereses. Ya no puedes ver la vida de Dios. En lugar de ello, ves las inseguridades de la gente que busca algo para satisfacer sus necesidades."

"¿Y por eso la gente se vuelve tan viciosa cuado se sienten amenazados? Ellos actúan como perros feroces cuando alguien intenta quitarles su hueso."

"¡Exactamente! Y mientras lo hacen, piensan que Dios es del lado de ellos. En tiempos como estos, un grupo a menudo se divide en nuevos acuerdos que servirán mejor las inseguridades de cada uno. Y después que se haya calmado su amargura, el ciclo entero comienza de nuevo."

"Entonces no importa lo que hago, las cosas siempre empeorarán."

"¿Tienes que hacer una decisión?"

"Tengo que respaldar al uno o al otro."

"O simplemente decir la verdad sin importar el resultado. Me parece que no se trata de decidir entre Jim y Ben, sino entre la verdad y una mentira."

Juan hizo que la decisión fuera más clara, pero esto no la hizo más fácil. Había tanto que perder, y no me gustaba estar en esta situación. El silencio se prologó.

Por fin Juan se levantó. "No sé qué harás, Jacob, pero hay una cosa que aprendí con los años. Una amistad que exige que mientas para salvarla, probablemente no es ninguna amistad en absoluto."

No me agradó la idea de que mi amistad con Jim no era real. "Es solo un momento débil, estoy seguro. El tiene problemas con unas personas importantes, e intenta hacer lo que sirve los mejores intereses de la iglesia."

"¿Es esto lo que él te dijo, o te inventaste tú esta justificación?"

Me di cuenta de que esta conversación no me iba a ayudar en mi frustración. Mi ansiedad creció. Apoyé mi cabeza entre mis manos.

"Desearía que fuera más fácil. Hemos sido amigos por mucho tiempo."

"Una amistad es algo grandioso, Jacob; pero no cuando se tuerce de esta manera. Según recuerdo, me dijiste que esa amistad ya estaba disminuyendo."

El tenía razón. "Lo olvidé. Sí, él estaba muy distante por un buen tiempo, y raras veces abre su corazón durante nuestros tiempos de intercambio y oración."

"¿De qué piensas que se está escondiendo?"

"¿Cómo puedo saberlo? No estoy seguro si se está escondiendo."

"¿No estás seguro?"

"No sé. Definitivamente él está menos accesible para los líderes y los hermanos."

"En mi experiencia, cuando alguien se distancia de sus amistades de muchos años, normalmente es porque esconde algo. Yo podría equivocarme, ¿pero qué harás tú?"

"No sé. Puedo ganar todo cuando le apoyo, y puedo perder todo si no le apoyo."

"Entonces tú mismo estás en el centro de tu mundo, igual como Jim está en el centro del suyo."

Esto no sonó bien.

Juan continuó: "Yo sé cuánto te impresiona esto, Jacob, pero no te dejes engañar. Si quieres vivir este viaje, tienes que poner la honestidad por encima de tus ventajas personales. Es fácil intentar encubrir las cosas para el bien de la institución, pero esto es entrar en un camino donde Dios no vive."

"Pero yo necesito este trabajo, por lo menos hasta que encuentre algo diferente."

"Hay cosas peores que perder un trabajo, Jacob. Y esto no cambiaría la responsabilidad de Dios de proveer por ti."

"¿Qué estás diciendo? ¿Debo irme así no más? No puedo imaginarme sobrevivir sin esta iglesia. ¡Ha sido mi hogar por tantos años, y yo moriría sin ella!"

"Esto es lo que ellos quieren que pienses, pero no es así. Esto explica también por qué todos están peleando con tanta malicia. Ellos también piensan que no pueden dejarlo, entonces tienen que ganar. Esta trampa ha capturado a muchos hijos de Dios. Cuando tenemos tanto miedo que no podríamos sobrevivir sin la institución, entonces todo lo que sabemos acerca de lo bueno y lo malo sale volando por la ventana. Lo único que nos preocupa es nuestra propia sobrevivencia. Este razonamiento ha causado dolores increíbles a lo largo de la historia de la iglesia."

"No quise decirlo de la manera como tú lo dices, Juan."

"Probablemente no, pero es la realidad. Este es el problema cuando se edifica una iglesia sobre la base de las necesidades. Nos volvemos ciegos hacia la verdadera obra de Dios."

"¿Qué quieres decir con esto?"

"¿Por qué va la gente a tu iglesia, Jacob?"

"Porque se supone que debemos tener comunión. La necesitamos para ser alimentados, para rendirnos cuentas unos a otros, y para crecer juntos en la vida de Dios. ¿Quieres decir que esto no es correcto?"

"Entonces si alguien deja de asistir, ¿qué le sucederá?"

"Debería encontrar otra iglesia local e involucrarse allí. De otra manera se marchitará espiritualmente o caerá en el error."

"Escúchate a ti mismo, Jacob. Usas las palabras 'necesita', 'debe', etc. ¿Es esta la vida del cuerpo de Cristo?"

"Pensé que sí."

"Las Escrituras no usan el lenguaje de la necesidad cuando hablan acerca de la conexión que Dios establece entre creyentes. ¡Nuestra dependencia es solo de Jesús! El es el único que necesitamos. El es el único a quien seguimos. El es el único en quien debemos confiar para todo. Cuando ponemos al cuerpo de Cristo en este lugar, lo convertimos en un ídolo, y terminarás amarrado en nudos acerca de la situación en la que te encuentras. La religión humana sobrevive diciéndonos que debemos conformarnos, o algún destino horrible nos alcanzará. Esto distorsiona tanto la obra de Dios.
Compartimos la vida del cuerpo, no porque tenemos que hacerlo, sino porque nos nace. Cualquiera que pertenece a Dios, deseará compartir su vida con otros hijos suyos. Y esta vida no pelea por el control de una institución. Simplemente ayuda unos a otros a vivir profundamente en él. Cuando permitimos que otros factores se interpongan, solo utilizamos el amor para atrapar a la gente con nuestros ganchos. Los recompensamos con afecto, y los castigamos con rechazo."

Una luz se prendió muy dentro de mí. Supe que él tenía razón. "¿Cómo no puedo haberlo visto antes, Juan? El sistema entero tiene un gancho dentro. Usamos incluso cosas como 'unidad doctrinal' para controlar a la gente y para extinguir todo desacuerdo. La mayoría de la gente se siente bien solamente cuando agradan a los demás. Por eso es natural que quieren conformarse con nuestras enseñanzas y nuestros programas. Juan, esto es horrible."

Juan estaba sentado en silencio y dejó que mi descubrimiento personal continúe.

No pude creer cuán ciego había sido frente a todas estas maneras de manipularnos unos a otros. ¡Claro que yo estaba exhausto todo el tiempo! Estoy intentando conformarme con las expectativas de los demás, y al mismo tiempo intento manipularlos para que ellos se conformen a las mías. Yo había hecho con ellos exactamente lo mismo que el pastor estaba ahora haciendo conmigo. Lo estaba haciendo incluso con Laura, poniendo mi propio matrimonio bajo el mismo estrés. - "Esto describe casi todo lo que yo hago, Juan."

"Lo sé, pero recuerda que no eres solo. ¿Recuerdas como los mismos discípulos de Jesús intrigaron para asegurarse el primer lugar en su reino? Mientras no descubras cómo confiar en Dios para tu vida entera, constantemente intentarás controlar a los demás para conseguir lo que piensas que necesitas."

"¿Qué debo hacer entonces, Juan? ¿Simplemente abandonar mi trabajo?"

"Pienso que esto no lo tienes que decidir ahora, ¿no? Si yo fuera tú, me acercaría un poco más a Jesús y le pediría mostrarme lo que él quiere. El te lo aclarará, si tú no lo complicas con tus intentos de protegerte a ti mismo - de mantener tu trabajo, de ser aceptado por los demás, o de salvar tu reputación."

"El que quiere salvar su vida, la perderá, ¿eh?"

"Estas palabras están en el corazón de la vida en la realidad del reino de Jesús. Y no te olvides como continúa: 'El que pierda su vida por causa de mí, la hallará.' Este camino no es fácil, pero encontrarás la alegría de vivir en su vida. Esto vale más que cualquier dolor en el proceso."

"¿Pero cómo puedo estar seguro de no malograrlo todo?"

"Este no es el asunto, ¿no? Tú solo eres responsable de hacer lo que piensas que es lo mejor. Si te equivocas, te darás cuenta en su tiempo y aprenderás de tu error. Por lo menos aprenderás a depender más de él, que de esa cosa que tú llamas iglesia. Cuando dejarás de aparentar ser perfecto, serás libre para seguirle a él."

Juan puso su brazo sobre mi hombro y me aseguró que iba a orar por mí. "Es tiempo para mí para continuar", dijo, mientras levantó la mochila sobre sus hombros. Miré mi reloj y no pude creer la hora. Mi esposa se pone nerviosa cuando yo voy a caminar a solas, y había prometido llamarle a las 3:30. Con una hora de camino para llegar al próximo teléfono, ya estaba tarde, y temí que ella iba a mandar a la policía para buscarme.

"¡Ya es tarde!" exclamé, recogiendo mis cosas. "¿Estás bajando al lago Huntington?"

"No. Voy al oeste y me quedaré allí unos días más."

"¿Supongo que no tiene sentido pedirte que nos volvamos a encontrar pronto?"

"Ninguno de nosotros puede controlar esto, Jacob, y realmente no lo necesitamos. Mira lo que sucedió hoy. Si Dios es lo suficientemente grande para hacer que nuestros caminos se crucen en este lugar alejado, él se encargará también de nuestro próximo encuentro."

No tuve tiempo para discutir sobre esto, y así nos despedimos y me puse a caminar. Lo último que vi de Juan fue que subió entre las rocas al oeste de la laguna. Si yo hubiera sabido lo que me esperaba, me hubiera quedado en la laguna.

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