¿Así que ya no quieres ir a la iglesia?

Por Jacob Colsen

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Capítulo 9: Una caja de cualquier manera

"¿Y tú piensas realmente que ese Juan fue uno de los apóstoles originales?" preguntó Ben, asomándose sobre el sofá.

"¿Quién te dijo esto?" pregunté, volviéndome de la ventana y mirando hacia la sala.

Ben señaló a mi esposa, Laura, que sonrió. "Esto fue lo que pensabas antes."

"Ahora esto suena un poco pretensioso, ¿no?" - Ben me miró mostrando sus dientes. El y yo habíamos dirigido una célula juntos en la iglesia Comunidad del Centro, y él me había buscado después que salimos de la iglesia, para comenzar esta iglesia en casa. El tenía un carácter bondadoso, a pesar de sus bromas.

"Sí, tienes razón, pero deberías haber estado allí cuando me encontré con él. Fue muy raro. Más tarde pensé en como Jesús le dijo a Pedro que no se debía comparar con Juan, incluso si Juan se quedaba hasta que Jesús vuelva. Entonces sumé dos y dos ..."

"... y te salió diecisiete", dijo Ben, explotando de risa, como también los otros en la sala. Casi veinte de nosotros esperábamos la llegada de Juan. Algunos estaban sentados en la sala, mientras otros trabajaban en la cocina y llevaron platos al patio donde preparábamos nuestra comida juntos. Juan me había llamado hace tres días para decir que iba a estar en la ciudad y podía visitar nuestro grupo.

"¿Qué piensas acerca de él ahora?"

"Para ser honesto, ya no me importa mucho quién es él. De todas maneras estoy convencido de que él conoce al Padre a quien yo quiero conocer, y sigue al Jesús a quien yo quiero seguir. El me ayudó a vivir las cosas que ardieron en mi corazón por años." - Este grupo ya sabía acerca de mis conversaciones con Juan, porque las mencioné a menudo en nuestros tiempos juntos. Ellos estaban entusiasmados por conocerle por fin, y yo estaba un poco preocupado de que podrían estar menos impresionados que yo.

"Pero pienso que es mejor que no mencionemos todo eso", supliqué. "El va a venir con algunas otras personas, y no quiero hacerle sentir mal."

"¿A quién trae?" preguntó Marcia, la esposa de Ben. (Estábamos en la casa de ellos.)

"No me lo dijo, y pensé cuántos más, más divertido será."

Se escuchó un carro deteniéndose. "El está aquí", dije. "Y parece que una pareja joven viene con él. Están sacando a un bebé del asiento de atrás."

"Y no tenemos a otros niños aquí..." dijo Marcia un poco decepcionada. "Deberíamos haberlos traído también." - Habíamos decidido dejar a nuestros hijos con otras personas esta noche, y no se me había ocurrido decirlo a Juan.

Juan me hizo señales a través de la ventana. Detrás de él vi a Diana, y al hombre que había estado con Juan en el supermercado. ¿Por qué los traía a ellos?

Ben abrió la puerta, y Juan extendió su mano. "Soy Juan, y esta pareja son amigos míos. El es Jeremy, su esposa Diana, y su hijo Jason."

"Yo soy Ben", dijo él, y señalando hacia atrás: "y ella es mi esposa Marcia. Nos alegra conocerte." - Entraron a la sala, y otros se presentaron. Mi esposa saludó a Diana y a su esposo. Me junté con ellos después de saludar a Juan.

Diana me miró cuando me acerqué. "Espero que esto no les incomode. Jeremy y yo hemos pasado muchas cosas desde que hablé contigo. Juan pensó que nos gustaría estar aquí."

"Me alegro de que estén aquí", dije, aunque no me sentía así. "Me sentí horrible cuando te fuiste corriendo."

"Yo sé. Todo fue la idea de un momento cuando te vi allí, y después me sentía muy tonta. Al mismo tiempo que hablé contigo, Jeremy se encontró con Juan. Hicieron amistad, y Juan me ayudó a arreglar algunos asuntos, y nos mostró que Dios es más grande que los fracasos de otras personas."

Cuando nos reunimos alrededor de la mesa llena de comida, yo hablé: "Permítanme presentarles a Juan. Les he contado mucho acerca de él, y estoy muy agradecido de que Dios haya traído a este hombre a mi vida. Tenemos una relación un poco extraña, porque él llega y se va sin mucho control de mi parte; pero él realmente me ayudó." - Dirigido hacia él, añadí: "Juan, pensábamos simplemente comer y conversar contigo. ¿Cómo te parece?"

"Suena como familia", dijo Juan con una sonrisa. "Pero antes de esto, quisiera que todos conozcan a Jeremy, Diana y a Jasoncito", dijo, señalándoles con la mano abierta mientras dijo sus nombres. "Los conocí hace unos meses, y ellos comenzaron de nuevo a seguir a Jesús, y quisieron conocer a otras personas en este viaje." - Ben comenzó con un coro de alabanza, y entonces invitó a Juan, Jeremy y Diana que se sirvieran primero. Juan rehusó, diciendo que querían ser parte de la familia, no invitados especiales. Intentamos argumentar con él, pero por fin cedimos, y todos formaron una fila para servirse. Me puse al lado de Juan y dije a voz baja: "¿Estás seguro de que fue sabio traer a Diana?"

"¿Por qué no? Pensé que ustedes todos podrían ser una gran ayuda para ellos."

"Lo aprecio, pero su presencia levanta tantas cosas del pasado."

"¿Y está mal eso?"

"No sé. Preferiría no distraerme con todo eso."

Juan sonrió. "No se trata solamente de ti, Jacob. No te protejas a ti mismo a expensas de otra persona. Le quitarías a Jesús una oportunidad de hacer algo asombroso en ustedes dos." - Con esto me dio una palmada en la espalda, y señaló hacia la comida. Fuimos los últimos en servirnos. Después de llenar mi plato, volví a la mesa grande. Laura estaba sentada con Jeremy y Diana.

La gente seguía presentándose, y sacaron más información de Juan en pocos minutos, que yo en los últimos dos años. El había nacido en el extranjero y vive actualmente en el norte de California, pero viaja mucho. Había sido casado, pero él y su esposa nunca podían tener hijos. Ahora era viudo. Le preguntaron de qué vivía, y él dijo que había hecho muchas cosas, pero ahora pasaba la mayor parte de su tiempo ayudando a la gente a acercarse más a Jesús. - El también hizo muchas preguntas y descubrió muchas cosas acerca de los demás durante la comida.

Jason se puso intranquilo en el regazo de Diana, y pude ver unas miradas molestas, y me di cuenta de que Diana no había comido casi nada. Juan también se dio cuenta. Se levantó y preguntó si podía cuidar a Jason por unos momentos, y volvió a su asiento con Jason acurrucado en sus brazos.

"¿Ustedes todos no tienen niños, o debía yo haber conseguido a alguien que cuide a Jason?", preguntó Diana.

Laura respondió: "No, está bien. Tenemos muchos niños, pero pensábamos que íbamos a ser más libres para conversar si ellos no nos distraían."

"Lo siento. No lo sabía."

"Por favor, no te preocupes. Nos alegramos de que estés aquí, y Jason también", dijo Marcia. Jason se había acomodado en los brazos de Juan y estaba fascinado por la cuchara que Juan usó para divertirlo.

Mientras yo intenté encontrar unas palabras para introducir una discusión más centrada, Juan habló: "No me parece lo mejor, ver a los niños como distracciones. Jesús no los vio así. Ellos se sentían atraídos por él, y él disfrutaba de ellos. Cuando otros querían espantarlos, él les dijo que no lo hagan. Si no estamos dispuestos a recibir a los más pequeños en sus debilidades, probablemente tampoco estamos listos para recibirnos unos a otros en nuestras debilidades."

"¿Entonces qué debemos hacer con los niños?", preguntó Ben. "Esto ha sido un gran asunto entre nosotros."

"¿Se ha reunido tu familia la última navidad?"

"Sí. Eramos muchos, quizás más de cincuenta personas."

"Cuando planearon esto, ¿preguntó alguien qué hacer con los niños?"

"No", dijo Ben, riéndose. "Ellos son parte de la familia."

"¿Y por qué debería ser diferente en la familia del Padre?"

Ben no sabía qué decir, y Marcia se interpuso: "Porque estamos intentando tener una reunión, y los niños se aburren. Pienso que debemos proveer algo para ellos también."

"Entonces quizás no deberían esforzarse tanto por tener una reunión", dijo Juan, mientras seguía jugando con Jason. "Sean una familia y dejen que los niños sean parte, como hacen en vuestras fiestas familiares. Inclúyanlos donde pueden, y déjenlos ser niños a veces, cuando ustedes se ocupan en cosas que son menos interesantes para ellos."

"Pero son demasiados para simplemente soltarlos. Y es difícil encontrar a alguien que salga con ellos, porque nadie quiere perderse la reunión."

"¿Quién habló de soltarlos? Ámenlos. Inclúyanlos como parte significativa de la familia dondequiera que puedan. ¿Ustedes normalmente comen juntos?"

"A menudo. Pensamos que es parte de compartir la mesa del Señor."

"¿Tienen una mesa de niños?"

Sentí que esto no iba a acabar bien, pero los demás no tenían ninguna idea de la forma de pensar tan diferente de Juan. "Por supuesto, ¿no lo hace así todo el mundo?"

"De hecho, no. Comer juntos es algo de lo más sencillo que una familia hace juntos. Si están separando a los niños ya allí, entonces se están perdiendo algo extraordinario. Mézclense, y no se sienten por familias. Siéntense junto con un niño de otra familia, y descubran qué es importante en su vida. ¿De qué disfruta? ¿Cómo le va en la escuela? O agarra unos bloques y échate al piso con un niño de dos años.
Y mientras cantan o comparten, no tengas a tu propio hijo en tu regazo, porque tendrás una lucha para que aparente participar. Toma a otro niño en tu regazo y haz que sea un juego para él. ¿Sabías que lo más significante para el éxito de un niño es tener relaciones amistosas con adultos que no son sus parientes? El mejor regalo que puedes dar a los niños de las otras familias, es el mismo regalo que pueden darse unos a otros: el regalo de la amistad. Y cuando los niños salen para disfrutar de un tiempo juntos, no manden a nadie a 'cuidarlos'. Tómenlo como una oportunidad para algunos de ustedes, de edificar una relación con una parte significante de vuestro grupo - no importa si son bebés o adolescentes."

"Pero si no tienen una clase de Escuela Dominical, ¿cómo recibirán instrucción?", preguntó Marcia.

Antes que pudiera responder Juan, Laura extendió sus brazos para recibir a Jason. "¿No lo has tenido ya suficiente tiempo?", suplicó.

Con una sonrisa y un beso en la frente de Jason, le entregó a Laura, después agarró su tenedor. "¿Cuántos años tienen tus hijos, Marcia?"

"Diez, siete y tres."

"Si tienes algo que deseas compartir con ellos, hazlo. Pero no pienses que esta es la mejor manera de aprender." - Con esto, levantó su tenedor. - "¿Te recuerdas haber enseñado a tus hijos cómo usar un tenedor?"

"No exactamente ..."

"Pero ellos todos lo usan, supongo. ¿Los enviaste a una Escuela del Tenedor, o les mostraste una presentación multimedia acerca de la fabricación y el uso de un tenedor?" - Todos se rieron. - "Suena tonto, ¿no cierto? Pero si pensamos que la vida en Cristo es adquirir conocimientos, en vez de vivir en él, entonces haremos toda clase de cosas tontas. Vuestros hijos saben cómo usar un tenedor porque lo aprendieron en la vida. Ustedes probablemente pusieron el tenedor en sus manos, pero agarrándoles para que no se punzaran en su ojo. Después les ayudaron a llevar el tenedor a la boca; y cuando tenían suficiente confianza para que no se iban a lastimar, ustedes les dejaron hacerlo solo. Vivir la vida de Jesús es mucho más como aprender a usar el tenedor, que estar sentado en reuniones. Los niños aprenderán la verdad a medida que ustedes les ayudan a aprender a vivirla."

Me sorprendí cuando Roary habló, porque él es uno de los hombres más callados en el grupo. "Me gusta lo que estás diciendo acerca de los niños. Nunca pensé en ellos de esta manera. Pero estás hablando acerca de algo más grande que esto, ¿no cierto?"

"Tienes razón, Roary. Lo que estoy diciendo, afecta también la manera como ustedes se tratan unos a otros. Si realmente quieren aprender a compartir la vida de Jesús juntos, será más fácil pensar de ello como una familia que ustedes aman, y no como una reunión a la que asisten."

"Esto me gusta. Nos enfocaríamos más en nuestras relaciones que en nuestras actividades", sugirió Ben.

"Exactamente", respondió Juan. "Y se enfocarían más en su relación con Dios también. El es la primera relación. Toda experiencia valiosa en vuestra vida juntos vendrá desde vuestra vida en él."

"Pienso que es por eso que realmente deseamos hacer lo correcto en esta iglesia. Todos hemos desperdiciado tantos años en la iglesia institucional, y no hemos encontrado la vida de Dios que deseamos", continuó Ben.

"¿Lo han encontrado aquí?", inquirió Juan.

"Todavía no, pero estamos trabajando en esto."

"Cuéntame acerca de vuestra vida juntos."

"Bueno, nos reunimos los domingos por la noche, normalmente con una comida y comunión, después tenemos un tiempo de alabanza y pasamos a un estudio."

"Déjame adivinar", dijo Juan mientras se acercó más. "Al inicio, cuando se saludan y comen, hay mucha energía y entusiasmo. Pero en el momento que comienza la reunión, las cosas se vuelven incómodas. Aun vuestro compartir parece un poco forzado y artificial. Cuando por fin termina, la energía y el entusiasmo vuelven mientras la gente se despide y se va. ¿Estoy cerca?"

"¿Jacob le ha soplado esto, o qué?" - Marvin se rió. Yo levanté mi mano y sacudí mi cabeza para aclarar que no. Marvin había sido pastor de otra iglesia en la ciudad, pero se decepcionó con la mucha energía que se requería solamente para administrar la institución. El había entrado al ministerio para poder tocar las vidas de la gente, y terminó siendo el gerente de una institución que ni siquiera le gustaba. Había renunciado hace tres años, y nos encontramos en nuestro propio barrio.

"No fue necesario", sonrió Juan. "Desafortunadamente, muchos grupos en casa luchan con esto."

"Para ser honesto, yo normalmente temo el inicio de la reunión, y me alegro cuando termina", dijo Marvin.

"¿Hay otros que se sienten igual?", pregunté, y muchos señalaron que sí.

"Mientras vemos la vida de la iglesia como una reunión, nos perdemos su realidad y su profundidad. Para decir verdad, las Escrituras nos dicen muy poco de cómo se reunía la primera iglesia. Pero nos dicen un montón de cómo ellos compartían su vida juntos. Para ellos, la iglesia no era una reunión ni una institución, sino una familia viviendo juntos bajo el Padre."

"¿Sugieres que no nos reunamos?" interrumpió Marcia, un poco molesta.

"No, Marcia, no estás entendiendo. Reunirse no es el problema. Pero es demasiado fácil quedar atrapado en una forma de reunión que es artificial y contraproductiva. Es por eso que ustedes se sienten incómodos."

"Sí, pero no tenemos ningún grupo de alabanza, y no es la misma persona que nos enseña cada semana. ¿No es esto más relacional?"

"Puede ciertamente serlo. Pero puede también ser una copia menos controlada de la misma dinámica. Estamos intentando recibir de nuestros hermanos y hermanas lo que no encontramos en el Padre mismo. Esto es una receta para el desastre. Nada de lo que hacemos juntos como creyentes, podrá llenar nuestra falta de relación con Dios mismo. Cuando ponemos la iglesia en este lugar, la convertimos en un ídolo, y los demás siempre nos decepcionarán."

"¿Es por eso que Jacob dice que estás en contra de la iglesia en casa?", preguntó Marvin.

"No me recuerdo haber dicho esto", dijo Juan y me miró con una mirada interrogante. "Esta no es mi manera de pensar. Pero sí intenté hacerle pensar más allá de esto, como lo quiero para ustedes también."

"Pensábamos que la iglesia en casa es una forma más bíblica de iglesia. Ofrece más participación, y es menos controlado por un clero; no exige tanto tiempo y recursos, y es más relacional que la iglesia institucional. ¿No es cierto esto?"

"¿Tan solo porque se reúnen en una casa?" - La expresión escéptica en la cara de Juan lo dijo todo. - "Esto no siempre se aplica a los grupos en casa que conocí. Muchos tienen gente que intenta controlar a los demás. No me malentiendan; me gustan las prioridades que acababas de mencionar; y estoy convencido de que un hogar es el mejor lugar para vivirlas. Pero yo conozco a personas que se reúnen en locales de iglesia y son increíblemente relacionales; y conozco a personas que se reúnen en casas pero no lo son. Lo que importa no es el lugar de reunión. Lo que importa es si ustedes están atrapados en juegos religiosos, o si se están ayudando unos a otros a descubrir la relación increíble que Dios desea tener con nosotros."

"¿No se reunió la primera iglesia solamente en casas, especialmente cuando se extendió más allá de Jerusalén?", añadió Ben.

"Hasta donde sabemos, sí."

"Entonces esta es la manera como debemos hacerlo", afirmó Marcia.

"Marcia, Marcia, ¿por qué amas esa palabra?"

"¿Cuál palabra?"

"La misma palabra que Juan no ha usado toda la noche", interrumpió Roary, y se dirigió a Juan. "Te he escuchado cuidadosamente, y no has usado la palabra 'deber'. ¿Lo hiciste intencionalmente?"

"¿Por qué preguntas?"

"A mí me decían toda mi vida lo que debía hacer y no debía hacer, especialmente en asuntos religiosos. Pero tú no has hablado en estos términos. Parece que tú no lo ves como decisiones entre lo correcto y lo equivocado, sino simplemente como vivir en una realidad que ya existe. Pensé que nos ibas a decir cómo debíamos hacer iglesia."

"Si hay algo que yo diría que debemos hacer, entonces sería dejar de 'hacernos deber' a nosotros mismos y a los demás." - Algunos se rieron, y varios miraron a su cónyuge como preguntando qué acababa de decir. - "Ciertamente hay cosas que son correctas, y cosas que son equivocadas. Pero esto lo sabremos por cierto solamente en Jesús. Recuerden, ¡él mismo es la verdad! Nunca podrán seguir los principios de él, si no le siguen a él mismo primero."

Las palabras de Juan parecían permanecer en el aire durante un largo silencio. Pude ver los engranajes girando en las mentes de todos alrededor de la mesa. Yo había pasado por lo mismo antes, y sabía cómo ellos se sentían.

Por fin Marcia habló, casi con lágrimas: "Pienso que tienes razón, Juan. Yo sigo las reglas porque no sé como seguir a Jesús de la manera que tú dices. Yo solo intento hacer lo correcto, y estoy cansada de ser atacada por personas que dicen que estamos en rebelión si no estamos en uno de esos locales de iglesias los domingos por la mañana."

Juan se dirigió a ella. "Yo sé que esto no es fácil. Pero tan solamente porque la gente dice que una cosa es así, todavía no es necesariamente así. Jesús nos enseña como vivir libres. Otros se sentirán amenazados por eso, y tú misma te sentirás así a veces. El sistema tiene que devorar lo que no puede controlar."

"Por eso estamos en contra de la institución", dijo Marvin.

"Quizás estamos hablando acerca de dos cosas diferentes, Marvin. Yo quiero exponer el sistema de obligaciones religiosas, en cualquiera de sus formas que mantiene cautiva a la gente. Pero esto no es lo mismo como estar en contra de la institución. No te sientas amenazado por la institución. Hay mucha gente dentro a quienes el Padre ama; y él seguirá atrayéndoles a su vida, igual como lo hace con ustedes. Mientras tú reaccionas contra la institución, ella sigue controlándote."

Después de unos momentos, Marvin suspiró frustrado. "No sé, Juan. Yo siempre pensaba que la institución que dejé no funcionaba porque tenía los principios equivocados. Pensé que por fin íbamos a descubrir los principios correctos, para que por fin pudiésemos experimentar la verdadera vida de la iglesia." - Varios alrededor de la mesa expresaron su acuerdo. - "¿Pero tú no lo ves así?"

"No. Yo sí pienso que estás encontrando principios mejores - principios que reflejan más adecuadamente la vida de los primeros creyentes. Pero entiende que no fue el seguir principios lo que produjo su vida juntos. Podemos observar lo que sucedió mientras ellos seguían a Jesús; pero copiar eso no producirá la misma realidad.
Jesús no nos dejó un sistema; él nos dejó su Espíritu. El nos dio al Espíritu Santo como un guía, no como un mapa. Los principios por sí mismos no van a satisfacer tu hambre. Es por eso que los sistemas siempre prometen un avivamiento futuro que nunca llega. No pueden producir comunidad, porque son diseñados para mantener a la gente aparte."

"¿Por qué dices esto?"

"Al enfocar los servicios o rituales, hacen que la mayoría sean solo espectadores. Al levantar normas y motivar a la gente a conformarse con las normas, solo animan a la gente a aparentar algo que no son, o a aparentar que saben más de lo que saben en realidad. Se desanima a aquellos que quisieran expresar preguntas y dudas; y la gente no puede manejar los asuntos que están escondiendo. Por tanto, las relaciones se vuelven falsas y superficiales. La gente se siente aislada, y se enfoca aun más en sus propias necesidades, y en lo que los demás deberían hacer para satisfacerlas. Comienzan a pelear por el control sobre la institución, sea grande o pequeña, para que puedan lograr que los demás hagan lo que ellos piensan que es lo mejor. Es una historia que se ha repetido durante dos mil años."

Juan continuó: "Para que el sistema funcione, tienes que obligar a la gente con compromisos, o apelar a su egoísmo y convencerles que este es el mejor lugar para pertenecer. Por eso, hay tantos grupos que crean expectativas falsas, que frustran a la gente, y se centran en sus necesidades o aun en sus dones, pero no en el Cristo presente."

"Ya puedo ver germinar estas semillas aquí", suspiró Marvin.

"Es por eso que vuestras reuniones se sienten rígidas. Es difícil mantener una ilusión de vida del cuerpo, cuando no tienes actividades planeadas. Pero ustedes tienen aquí la oportunidad de descubrir la comunión verdadera. Esto crece cuando compartimos nuestra suerte común de seres humanos caídos, y el viaje de ser transformados por Jesús. La comunión florece donde las personas están libres para ser exactamente los que son - ni más ni menos. Mientras aprenden a confiar en él, ya no tendrán que utilizar a los demás para satisfacer sus necesidades. En lugar de ello, pondrán sus vidas para ayudar a los demás, de la misma manera como lo hizo Jesús."

"¿Incluye esto también a los no creyentes? La mayoría de la literatura sobre iglesias en casa que leí, dice que alcanzar a los no creyentes amenaza la vida del cuerpo", dijo Roary.

"Asombroso, ¿no? Si un grupo se preocupa solamente por construir 'nuestro' grupo, no ha conocido el amor del Padre. Cuando descubrimos el poder de este amor, no lo podemos guardar para nosotros mismos. No solo nos transformará a nosotros; también rebosará naturalmente hacia afuera, hacia creyentes y no creyentes por igual. Reflejaremos la vida y el carácter de Dios a los demás, e incluso lo haremos mejor cuando estemos lo menos conscientes."

"Bueno, supongo que podemos anular nuestro plan de asistir a esa conferencia de iglesias en casa el próximo mes", dijo Ben en tono burlón.

"No necesariamente. Solamente no creas todo lo que te dirán allí. Probablemente encontrarás allí a unas personas maravillosas que cayeron fuera del sistema y se agarran de las iglesias en casa como una forma de seguridad. Dios podría querer que conozcas a unas personas así. Solamente mantén en la mente la lección más sencilla que se ha repetido incontables veces desde que Jesús vino: Cuánto más organización traes a la vida de la iglesia, menos vida contendrá."

"Esto suena como si no deberíamos hacer nada, Juan." Se pudo sentir la frustración de Marcia en su voz.

"Esto no es lo que quiero decir. Solamente quiero ayudarles a enfocar vuestros esfuerzos en una dirección donde realmente llevarán fruto. En vez de intentar levantar una iglesia en casa, aprendan a amarse unos a otros, y a compartir el viaje unos de los otros. ¿A quién quiere Jesús que acompañes ahora mismo, y cómo puedes animar a esa persona? Entonces, sí, experimenten con la comunión juntos. Aprenderán mucho. Solo eviten el deseo de hacerlo artificial, exclusivo o permanente. Las relaciones no funcionan de esta manera.
La iglesia es el pueblo de Dios que aprende a compartir su vida juntos. Es Marvin allá y Diana aquí. Cuando pregunté a Ben acerca de vuestra vida juntos, me contó mucho acerca de vuestras reuniones, pero nada acerca de vuestras relaciones. Esto me indicó algo. ¿Conoces siquiera la esperanza más grande de Roary, o la lucha actual de Jacob? Estas cosas raras veces salen a la luz en reuniones. Salen en relaciones naturales que suceden durante la semana."

"Pero estamos demasiado ocupados para esto", dijo Jenny, la esposa de Marvin. "Intentamos hacerlo cuando estamos juntos."

Sabía lo que iba a decir Juan, antes que lo dijera: "¿Y funciona?"

"¿Funciona qué?"

"¿Están logrando todo esto en vuestras reuniones?"

"No muy bien, pero queremos aprender a hacerlo mejor."

"Y seguimos hablando acerca de un 'lo'. Los humanos siempre tomamos una realidad que está descrita en las Escrituras, le damos un nombre, y pensamos que hemos copiado la realidad porque usamos el nombre. Pablo habló acerca de la iglesia que se reunía en varias casas, pero nunca lo llamó 'iglesia en casa'. Las casas eran simplemente el lugar más práctico para vivir la vida juntos. El enfoque estaba en Jesús, no en el lugar de reunión. Como dije, ustedes pueden tener todos los principios correctos, y aun así estar sin la gloria en el cuerpo de Jesús."

"Ahora esto es deprimente", dijo Jenny a modo de broma, y los demás se rieron.

"¿Por qué dices esto?", preguntó Juan.

"Porque hemos intentado durante nueve meses hacer lo correcto, y ahora todo parece en vano. Quizás simplemente deberíamos volver a una iglesia tradicional, y hacer lo mejor de ello." - Los suspiros alrededor indicaron que no les gustó la idea.

"Lo que quiero hacerles entender, es que la vida del cuerpo no es algo que ustedes podrían crear. Es un don que el Padre da cuando la gente crece en su vida. La vida del cuerpo no es ingeniería. Es la cosa más sencilla en el mundo, cuando la gente camina con él. Llegas cerca de alguien que está en el mismo viaje, y encontrarás que la comunión es fácil y fructífera."

"Esto es lo que buscamos", interrumpió Marvin. "Pensábamos que cuando hacíamos iglesia de la manera correcta, todos íbamos a tener la relación con Dios que buscamos."

Juan continuó: "Lo tienes al revés. Ningún modelo de iglesia producirá la vida de Dios en ti. Funciona de la otra manera. Nuestra vida en Dios, cuando la compartimos juntos, se expresa como iglesia."

"Esto no es como yo lo aprendí", dijo Laura. "¿Cómo podemos saber cómo vivir en la vida de Dios, si nadie nos lo muestra?"

"Es allí donde la religión ha causado el daño más grande. Cuando la gente depende de sus líderes, el pueblo de Dios se vuelve pasivo en su crecimiento espiritual. Esperamos que alguien nos muestre cómo, o simplemente seguimos a alguien en la esperanza de que hace lo correcto. Jesús quiere tener una relación personal contigo, y quiere que tú tengas una parte activa en este proceso."

"¿Pero podemos hacer esto a solas? ¿No necesitamos una ayuda?", preguntó Marcia.

"¿Quién dijo que estás sola? Jesús es el camino al Padre. Entrégate a su Espíritu, y depende de su poder. Sí, él a menudo usará a otras personas para animarte o equiparte en este proceso. Pero las personas que él usa, no te harán depender de ellos. Nunca se atreverán a meterse entre tú y el Padre.
De esto me hubiera gustado hablar mucho más esta noche. Tantos grupos siempre intentan descubrir la mejor manera de 'hacer iglesia'. ¿Qué tal si invertiríamos todo este tiempo y toda esta energía centrándonos en el amor del Padre, en lo que Jesús hace en nosotros, y cómo podemos vivir más libremente en su Espíritu? Entonces sabremos como amarnos unos a otros. Seríamos honestos y abiertos, y nos apoyaríamos unos a otros en este viaje. Dejaríamos de mirarnos a nosotros mismos y nuestras necesidades. Y unas cosas asombrosas sucederían."

"Pero si la gente simplemente 'seguiría a Jesús', ¿no vivirían independientemente del cuerpo?", preguntó Marvin.

"¿Tú crees que esto es posible?"

"¿Tú no?"

"Siempre escucho a personas que tienen este temor, pero yo no veo suceder esto. La gente que crece en su relación con el Padre, tendrá hambre por relaciones reales con su familia. El es un Dios de comunión. Esta es su naturaleza, y conocerle nos atrae a esta comunión, no solo con Dios, sino también con los otros que le conocen. No es nuestra obligación. Es su regalo."

"Tengo una buena amiga que fue tan herida por su experiencia en la iglesia, que ya no quiere encontrarse con ningún grupo de cristianos", dijo Laura.

"Y Dios sabe dónde está ella, y cómo alcanzarla. A menudo pensamos que una historia terminó, cuando recién estamos en la mitad. Quizás el Padre la está atrayendo hacia él ahora mismo. Si es tu amiga, mantente cerca a ella. Tú puedes ser su enlace a la familia, mientras el Padre trabaja en ella."

"Tengo un amigo en Georgia que no puede encontrar a nadie que desea esta clase de vida juntos", dijo Marvin.

"¡El Padre sabe esto también! Seguramente hay otros cerca de él con una hambre similar. Pero si el Padre todavía no hizo estas conexiones, él puede descansar en esto. Podemos encontrarlo mucho más fácilmente cuando vivimos confiados en la provisión de Dios, que cuando estamos ansiosos por algo que no vemos. Anímale a disfrutar de lo que el Padre hace cada día, mientras tenga sus ojos abiertos para los demás. Nunca sabes cómo o cuándo Dios hará sus conexiones."

"Mi amigo simplemente no abandonará la institución, porque dice que se sentiría demasiado culpable", dijo Marvin.

"¡Amale a él también! Mantén contacto con él. Comparte lo que Jesús hace en tu vida, y le animarás a que él también viva más cerca de Jesús. No te preocupes de dónde está él. Si el Padre está obrando en su vida, él desenredará esta culpabilidad. No hay manera de decir dónde terminará después de esto."

"¿Entonces aun nuestra participación en el cuerpo es más grande que un solo grupo?", preguntó Ben.

"Es mucho más grande. Esto es lo que quiero hacerles entender." - Juan miró su reloj y se dirigió hacia Jeremy y Diana. "Pienso que tenemos que irnos."

"No me gusta cortar la conversación", dijo Jeremy. Y los demás tampoco quisimos. Teníamos todavía mil preguntas para Juan.

"Les dije que les haría llegar a casa a una hora razonable."

"Esta noche nos ha ayudado tanto, Juan, aunque no estoy seguro si comprendo todo lo que estabas diciendo", dijo Ben.

"No necesitas comprender todo ahora. Si te he animado a seguirle desde más cerca, y confiar en él con más libertad, él arreglará lo demás. El es la piedra angular de la iglesia. La iglesia es suya, no mía. Pídele que él aclare todo."

"¿Puedo hacer una pregunta más?" - La audacia de Roary esta noche fue lejos de su carácter usual. - "Yo quisiera creer que es tan sencillo, pero algo me dice que lo malograría. ¿Tú crees realmente que somos lo suficientemente buenos para escuchar la voz de Dios cada día?"

"¡Qué pregunta!", se rió Juan mientras se levantó. "Por supuesto que no, Roary. Nadie de nosotros es tan bueno. Pero me parece que estás haciendo la pregunta equivocada. Déjame formularla así: ¿Es Jesús lo suficientemente grande para comunicarse contigo cada día? ¿Piensas que él es lo suficientemente grande para abrir tus ojos, vencer tus dudas, y mostrarte su camino? ¿No tenemos que responder a esto con un fuerte 'Sí'?"

Con esto, Juan ayudó a Jeremy y Diana a juntar las cosas de Jason, antes de pasar por un mar de abrazos y despedidas. Después, cuando hicimos la limpieza y guardamos las sillas y mesas, escuché como la gente reflexionaba acerca de la noche. La mayoría estaba entusiasmada por lo que habían escuchado, pero inciertos de lo que significaría para nosotros.

"En realidad él no dijo nada que yo no hubiera pensado ya antes", dijo Marvin, sacudiendo su cabeza. "Solo que es la clase de cosas que no te atreves a creer que es verdad."

"La religiosidad está muy dentro de nosotros", respondí. Yo sabía muy bien como él se sentía. Pero sentí un nudo en mi estómago por otra razón. Al despedirse, Diana me había dicho en mi oído que ella necesitaba mi ayuda con el pastor Jim, y que quería hablar conmigo pronto.

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